AÑO 2007   (1º TRIMESTRE)  

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    DÍA 2 DE ENERO

    D. DANIEL CLARA SÁNCHEZ (Autor del libro "Mujer. Defiéndete")

    TEMA: LA VIOLENCIA DOMÉSTICA

    Primera tertulia del año. Como el tema con el que empezamos el año es bastante duro, el moderador, después de desear a todos un año cargado de paz, felicidad y amor, consideró oportuno empezar esta primera tertulia con la lectura del poema "Acuérdate de mí" de Gabriel y Galán. La encargada de leerlo fue María Ángeles Guerrero.

    Para los amigos lectores de nuestra página que no han tenido la suerte de oír recitar este poema a María Ángeles, lo transcribo a continuación para que disfruten con su lectura.

                                                                     Acuérdate de mí

Cuando tiendas tu vista por las cumbres

de esas sombrías y gigantescas sierras

que estas tierras separan de esas tierras,

 acuérdate de mí;

que yo también, cuando los ojos fijo

en esas altas moles silenciosas,

me paro a meditar en muchas cosas...

 

¡y a recordarte a ti!

 

Cuando hondas ansias de llorar te ahoguen

cuando la pena acobardarte quiera,

resígnate al dolor con alma entera

 ¡y acuérdate de mí!,

que yo también cuando en el alma siento

algo que se me sube a la garganta,

¡sé resignarme con paciencia tanta,

 

que te admirara a ti!

 

Cuando te creas en el mundo solo

y juzgues cada ser un enemigo,

¡acuérdate de Dios y de este amigo

 que te recuerda a ti!

Y esa doliente soledad sombría

poblárase de amor en un instante

si en Dios llegas a ver un Padre amante,

 

¡y un buen hermano en mí!

 

Si del trabajo la pesada carga

y lo áspero y lo largo del camino

te hicieran renegar de tu destino.

¡acuérdate de mí!

 

Porque soy otro hijo del trabajo

que, sin temor a que la senda es larga,

llevando al hombro, como tú, mi carga,

 

¡voy delante de ti!

 

Si del demonio tentación maldita

o el mal consejo del amigo insano

te pusieran al borde del pantano,

¡acuérdate de mí!

Y piensa un poco lo que tú perdías

 

Y piensa un poco lo que tú perdías

y piensa un poco lo que yo sufriera

si donde otros se hundieron, yo te viera

 

¡también hundirte a ti!

 

Y si te cierra la desgracia el paso

sin llegar a la hermosa lontananza

donde tú tienes puesta la esperanza,

¡acuérdate de mí!

¡Acaso yo tampoco haya llegado

donde me dijo el corazón que iría!

¡Y esta resignación del alma mía

 

te da un ejemplo a ti!

 

Si vacila tu fe (Dios no lo quiera)

y vacila por débil o por poca,

pídele a Dios que te la dé de roca,

¡y acuérdate de mí!;

que yo soy pecador porque soy débil,

pero hizo Dios tan grande la fe mía,

que, si a ti te faltara, yo podría

 

¡darte mucha fe a ti!

   

    A continuación el moderador presentó al invitado.

    Daniel Clara Sánchez es funcionario del Cuerpo Nacional de Policía ex miembro de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO). Entrenador Nacional de Defensa Personal, titulado por el Consejo Superior de Deportes. Criminólogo.

    En las artes marciales posee conocimientos de Kobudo (Monitor), Muay-Tai (instructor), Boxeo (entrenador), y otros.

    Asimismo tiene una amplia experiencia en Defensa Personal Femenina. Ha participado y organizado múltiples cursos y conferencias a lo largo de toda la geografía española.

    Autor de varias publicaciones al respecto, es miembro de la Asociación de Asistencia a Mujeres Agredidas Sexualmente (A.A.D.A.S.) de Cataluña.

    Autor del libro “Mujer defiéndete” Editorial: Ambos Mundos (Enero 2004). Nacido en el año 1999 de la colaboración entre la asociación A.A.D.A.S. y el autor. Ha ce poco ha salido la tercera edición, corregida y aumentada.

    Incluye, este libro, por primera vez en España, una guía ilustrada de maniobras de defensa personal. Es el primer manual que se publica en España dirig
ido a mujeres y que ya ha suscitado el interés de países como Portugal y México.

    Daniel piensa que aprender estas técnicas no lleva demasiado tiempo. Su sueño es crear un centro donde enseñar a las mujeres a defenderse de forma gratuita y organizar cursos para aquellas asociaciones que lo soliciten.

    En Cataluña ha impartido durante más de diez años clases gratuitas de defensa en asociaciones de víctimas de malos tratos y agresiones sexuales.

    De estos años, cinco lo hizo de forma "clandestina" y completamente desinteresada, en un gimnasio en el que se suponía que nadie sabía a que se dedicaba. A pesar de todo se lo quemaron en dos ocasiones. Esto nos da a entender lo poco dispuesta que está la sociedad, mejor dicho, un sector de la sociedad, a que se resuelva el tema de la violencia doméstica, y más concretamente la violencia hacia la mujer, que es el tema que nuestro invitado ha trabajado de forma especial.

    Sobre el libro "Mujer. Defiéndete" Daniel nos dijo que lo había hecho sin ánimo de lucro. Por cada ejemplar vendido el se lleva un euro, euro que ingresa en una fundación de mujeres maltratadas. Es más, nos comentó que había ciertos sectores, que estaban dispuestos a pagarle, habló de cinco millones de las antiguas pesetas, para que el libro no se publicara.

    Sobre la violencia doméstica, se habló que existía a todos los niveles y en todos los estamentos sociales. Es un error pensar que este tipo de problema solamente se da en las familias más desfavorecidas económicamente o en aquellas en las que el nivel cultural es muy bajo.

    La violencia en el ámbito familiar es uno de los factores que en mayor medida ha proliferado con respecto a la Violencia en nuestro país.  Podríamos sin lugar a dudas referirnos a la Violencia que se produce en el ámbito familiar, desde las primeras cifras (bajas) en los años 90, hasta los tiempos actuales el número de víctimas fallecidas han incrementado de forma alarmante. En 2005 fueron 72 las mujeres que murieron víctimas de esta violencia. En este año que acaba de terminar, el número ha descendido a  69, con un  proyecto de Ley con cuya aplicación se supone que aliviará este problema, pero que tienen muchas lagunas. Este fenómeno está considerado como una de las lacras sociales más temibles en nuestro país. Incluso por delante del terrorismo.

    Una vez centrado el argumento de la tertulia, recordamos que desde la constitución Española del año 78 que reconoce la igualdad entre hombre y mujer, y a través del paso del tiempo, con Leyes como la 35/95... Protocolos de actuación....y una reciente "Ley integral sobre la Violencia de Género" en un año solamente hay una diferencia de fallecidas de tres, siendo en todo momento labor de los poderes públicos garantizar la seguridad y el derecho a la vida que en estos casos de tan grave agresión no se ha cumplimentado. En el afán de buscar soluciones, educativas, sociales etc. parece que también las medidas preventivas por parte de la población están en rigurosa actualidad. Ya que no debemos olvidar que las víctimas viven atemorizadas y en un gran número son incapaces de tomar decisiones al respecto. Ahí es labor del semejante en informar al prójimo, ayudar con las denuncias, prestar solidaridad efectiva pensando que se trata de un problema social del cual nadie está exento de padecerlo lamentablemente, de una forma u otra.

    Se abordaron preguntas reflexivas en consonancia que el problema de malos tratos puede estar presente en familias desfavorecidas o/y en acomodadas. Los perfiles del maltratador y de las víctimas en definitiva eran muy similares salvo excepciones. En todo caso al comentar aspectos preventivos de "Mujer. Defiéndete", publicación que desde el pasado año 2005 repercute directamente y de forma positiva hacía las personas que por una parte han sufrido la violencia, o por otra, las posibles víctimas, se asumía que una prevención fácil de entender da sus frutos teniendo presente en todo momento que las técnicas de defensa son precisamente para la autodefensa y en ningún caso para potenciar aún más la violencia.

    Algún tertuliano recriminó a nuestro invitado que con violencia no se puede combatir a la violencia, pues de ser así podríamos entrar en una dinámica, cuando menos peligrosa, tipo "lejano oeste ". Daniel aclaró que no se trata de ejercer la violencia sino de defenderse del violento y dio unas pauta de autodefensa, tanto desde el punto de vista personal como desde el que debemos observar en nuestra casa, vehículo, por la calle... técnicas que están recogidas en su libro.

    Habló de lo conveniente que puede ser tener una grabación con murmullos de gente, o con el ladrido de un  perro. Cuando alguien desconocido llame a nuestra puerta, previamente debemos identificarle por la mirilla o con la cadena de la puerta colocada, podemos poner en marcha esa grabación; el presunto agresor al escuchar murmullo de gente que habla o el ladrido del perro, desistirá y con cualquier excusa se marchará.

   Se han dado varios casos de agresiones sexuales a mujeres que han tomado un taxi a altas horas de la noche. El taxista la ha llevado a un lugar apartado donde estaban esperando otros dos o tres hombres y han consumado la violación. Para evitar este tipo de agresión es conveniente que la mujer, cuando toma un taxi, se fije en el número de identificación, que obligatoriamente debe llevar expuesto a la vista. A continuación, con el teléfono móvil, hacer como que llama, o llamar realmente, a algún familiar o amigo y le dice que ha tomado el taxi con número de identificación tal, en tal sitio y que en diez o veinte minutos, estará en casa. Es muy probable que el taxista, si tenía intención de agredir, no lo haga.

    Daniel nos dio muchos más consejos de este tipo. En cuando a la defensa personal de las mujeres, estas deben emplear técnicas de defensa, que ellas, normalmente más débiles físicamente, puedan llevar a cabo. Pero nunca se debe tomar esto como un acto de violencia, sino como un acto de defensa.

    Durante la tertulia se habló del tema de las falsas denuncias hechas por mujeres con el fin de obtener algún beneficio o simplemente como acto de venganza.  Sobre este tema, Daniel manifestó que era partidario de que a las personas que hacen una denuncia y luego se demuestra que es falsa se les debería imponer una pena. Entre los tertulianos se comentó algún caso caso en el que una chica extranjera había denunciado a un chico español de violación. Ella se fue a su país y el chico quedó detenido en España. Más tarde se demostró que la denuncia había sido falsa, pero el chico se había visto perjudicado con una detención y una ficha que figurará para siempre en los archivos policiales, con el peligro que esto supone.

    Se mostró, nuestro invitado, muy crítico con los personajillos que salen en las diferentes cadenas de televisión vendiendo sus "agresiones". Cobran y se van a vender el mismo producto a otra cadena. Es completamente inmoral permitir que este tipo de personas se enriquezcan con estas manifestaciones, por otra parte hacen mucho daño  las personas que realmente sufren estos malos tratos.

    Se dijo que los malos tratos no es exclusivo de las mujeres, hay hombres que también los sufren, paro que tal y como está estructurada nuestra sociedad, no está bien visto que un hombre denuncie a una mujer por malos tratos, puede ser objeto de mofa. Es cierto que los malos tratos físico de la mujer hacia el hombre son muy infrecuentes, no es así cuando hablamos de malos tratos psicológicos. Es este un tipo de malos tratos muy difundido, pero que al  no llevar una prueba física de que ha ocurrido, es muy difícil de detectar y muy difícil de demostrar por parte del denunciante, por lo que en muchas ocasiones este opta por no hacer la denuncia.

    Se está marginando en la Ley, a la hora de hablar de los malos tratos, a las personas mayores. Es este un  colectivo que está sufriendo esta lacra de una forma muy directa, pero que lo padecen en silencio, ya que en muchas ocasiones son personas sin capacidad para la denuncia o porque la persona que ejerce esos malos tratos es un familiar muy directo y no quieren denunciarle.

    Se habló de la necesidad de endurecer las penas por este tipo de delito, no es de recibo que un denunciado a las cuarenta y ocho horas esté en la calle  o de nuevo en su casa. Bastantes casos se han dado de denuncias hechas por mujeres, a los pocos días el agresor a salido a la calle y ha terminando degollando a la mujer.

    Se criticó que estas personas, cuando han terminado por matar a la mujer y tras un  juicio, han ingresado en la cárcel, está en ella tan ricamente, incluso se les paga unos estudios, que en algunos casos han terminado por obtener alguna titulación universitaria sin costo alguno, mientras que el ciudadano "normal" se ha tenido que costear sus estudios.

    Se opinó que la educación era la solución para este y para muchos de los problemas que esta sociedad tiene, hay que educar a los niños y a los jóvenes, enseñarles valores como la solidaridad, el respeto, la tolerancia... y esto tanto en la familia como en la escuela. Nuestros hijos se están desarrollando en una sociedad que todo se les da hecho, nada les falta. Piensan que tienen derecho a todo sin hacer ningún esfuerzo por conseguirlo. Cuando, el día de mañana, necesiten algo, no sabrán como trabajar para obtenerlo, lo intentaran, lo exigirán por la vía más rápida: la de la violencia.

    La tertulia dio bastante de sí, el tema lo requería. Como digo siempre esto es solamente un resumen.

    Muchas gracias Daniel por adentrarnos en ese terrible mundo en el que malviven tantas mujeres de nuestra sociedad, de nuestra ciudad, de nuestra calle o de nuestro edificio. Tal vez, tras esa discusión que escuchamos a través de las paredes de nuestra casa, haya malos tratos, agresiones, pero que muchas veces preferimos hacer oídos sordos y que "cada uno en su casa que haga lo que quiera" , en lugar de coger el teléfono y hacer una denuncia, que tal vez no sirva de mucho o tal vez evitemos un mal mucho mayor.

    Gracias de nuevo y hasta cuando quieras.

    Para ampliar información sobre "Mujer. Defiéndete" pincha aquí   http://www.mujerdefiendete.org/ esta es su su web oficial.

    El próximo martes, día 9 de enero, tendremos como a invitado a D. BENJAMÍN GONZÁLEZ ALONSO, Catedrático de Historia del Derecho, quien nos hablará de "Los Comuneros de Castilla"


    DÍA 9 DE ENERO

    D. PASCUAL MARTÍN

    TEMA: LA SALAMANCA DE LOS AÑOS CUARENTA

    Por razones de salud, D. Benjamín González no pudo asistir a esta tertulia. En su lugar tuvimos como invitado a Pascual Martín, un tertuliano asiduo y que en otras ocasiones ha estado en la mesa del invitado.

    El tema del que hablamos, y que dio mucho que hablar, fue "La Salamanca de los años cuarenta".

    Para hacer el recorrido por esos años, de lo que en Salamanca había y acontecía, Pascual utilizó un relato suyo  titulado "El sótano" que fue el ganador en temática salmantina del X Certamen de Relatos Breves de la Fundación Gaceta del año 2005.

    Pascual empezó a leer el relato, si bien solamente las partes en las que hace mención a costumbres, hechos, monumentos o personajes de la época, pasando por alto la parte literaria, pues, dijo, que hoy vamos a hablar de la Salamanca de aquella época, no de las cualidades literarias del relato.

    Pascual en este relato revive su infancia y la recuerda acompañando a su tío Chemo, por diferentes puntos de la ciudad. Es el recuerdo de una persona de sesenta y tantos años, que regresa a su ciudad, tras una larga ausencia, y a medida que se va adentrando en ella, va viviendo aquellos momentos.

    Aunque Pascual prefirió leer el relato a trozos y hacer los comentarios que sugiriera cada uno de ellos, yo prefiero poner el relato íntegro, para deleite de los lectores y al final hacer alguno, de los muchos comentarios, que sobre la marcha se fueron repitiendo.

I - Manolín (el niño del relato)

    Son tantos ya los años… más de media vida. ¿Cómo andará el tío Chemo? Se traba uno en lugares impensados, echa raíces donde menos pudo soñar, y hasta un poco se dicta - o el tiempo le dicta -, un amortecer del recuerdo. Nunca es tarde sin embargo para venir, aún de tan lejos, a la ciudad que te vio nacer. Tras el vuelo a Barajas, se ofreció a mi vista un Madrid moderno que no podía reconocer; autopistas, grandes avenidas, un túnel atravesando la montaña. Emoción luego al paso por la reseca tierra castellana del camino; baldíos, rastrojera de un verano que ya declina.
    Y es aquí, llegado tan a lo mío, cuando aflora de lo más hondo el recuerdo, imágenes borradas casi por el tiempo. No sabría decir la causa pero resucitan de la memoria escenas tan solo de la época de mis ocho años. ¿Por qué no de más adelante? ¿Por qué no de los años adolescentes, del bachiller, o de la Universidad? ¿O del posterior desgajarse y emigrar a otros mundos?

    -;¿El futuro dices, Manolín? -;era en la pesquera del Cabildo y estábamos el tío Chemo y yo sentados, terminando de secar del baño-;. Eso no es del todo como lo cuenta la tía Leonor. El futuro es para ser tenido en cuenta, sin duda, pero entretanto llega, no hay por qué renunciar a vivir la vida, esa excitante aventura. Vivirla tal cual, quiero decir, fieles a lo que somos, al margen un poco de cómo nos quieren hacer.
    Guardó silencio el tío. No corría la pesquera, el poco agua marchando por la aceña de la otra orilla. Iba el sol ya caído, pescadores abajo echando la caña entre los mimbrones, areneros de torso desnudo y curtidos a mil soles tirando con fatiga del cazo colmado. Por allí andaban el Pulgui, Deme, Dato, Pedro... los de siempre, los que no faltaban ni en pleno invierno aunque tuviesen que romper el hielo para meterse al agua. Estalló de pronto el estrépito de hierros de cada vez que un tren cruzaba el puente de Pradillo. Retornó el tío Chemo a su hablar calmo y sugerente.
    -;Algunas de las cosas que me oyes, sobrino, son gramática parda; quizá no muy propias para decir a niño de ocho años, pero tú bien sabes. Una formación sólida es muy necesaria, y de la tuya se encarga más bien la tía Leonor. Ella es mujer seria y consecuente. Yo te digo lo que te digo para que te sirva de contrapunto, no sé si me explico.
    Sí, el tío Chemo se explicaba muy bien. Yo al menos, me entendía con él de maravilla. Dejamos el Cabildo aquella tarde un poco más temprano; así todo no paraba el tío de consultar su reloj, como si tuviéramos que llegar a un determinado sitio a la hora en punto. Enseguida pude ver que esa era precisamente su intención; andaríamos por mitad del puente cuando nos alcanzaba el tren. Venía resoplando vapor y todo lo hacía retemblar. Me aferré a la barandilla con fuerza. El tío puso un brazo a cada lado mío rodeándome, pero me dio rabia que me hiciera de tan niño y me salí por debajo para sujetarme yo solo; con todo, él no se movió de junto a mí.
Pasó el tren a toda velocidad, pitando que te dejaba sordo. Salía justo a lo último del puente, cuando el tío me alborotaba el pelo con fuerza. Me dio luego una palmadita en la espalda. -;¿Qué tal, valiente, un poco de mieditis?
    -;No, tío, ¿por qué? -;disimulaba yo, tragado un poco el susto.
    Esa tarde caminamos un poco más reposado. Los paredones grises de Mirat y el apartadero; abajo La Vega ("el hospicio" le decimos); bajar el terraplén de la vía y a media cuesta subiendo ya, el manicomio. Luego bordear la ciudad como siempre, los edificios largos de tenerías junto a la Carretera de Circunvalación, almenas de la muralla por encima de los tejados a mano derecha. Más adelante, la Puerta de San Pablo. A mano izquierda quedaba el puente nuevo.
    Subiendo la empinada cuesta de rollos de Tentenecio, paramos con una señora; se trataba de la vecina, creo, de más allá del ultramarinos, la que coge puntos a las medias. Se puso a contar ella de lo de siempre, de lo mala que estaba la vida. "...no sé qué va a pasar, Chemo, como no traten de arreglar esto un poco" “ha pasado el año del hambre y éste, peor todavía” “lo del racionamiento no alcanza para nada; y a mayores, que no se encuentra ni de estraperlo." Pero el tío se las arregló para soltarle a ella lo del tren. Yo hacía que miraba para el volar de los cigüeños jóvenes en el cielo ya gris del atardecer, aunque lo cierto es que no perdía ripio de la conversación, la mar de orgulloso por los adentros con mi demostración de valor; pero al tío se le notaba todavía más el contento, pienso. Ya de puestos a valentía, por poco si le pregunto al tío por lo del sótano. Es que a mí no me cuadra poco ni mucho que la llave la tenga solo tía Leonor y nadie sepamos ni dónde.
    No hay caso de aburrirse con el tío Chemo, hablar con él es como si en el desván abres un baúl, nunca sabes qué te puedes encontrar. Con la tía Leonor por el contrario, es todo reglado y sujeto a norma. Recuerdo mi cumpleaños de cuando hice siete. Hombre, cumplir siete años es importante, siquiera sea por eso de que llegas al uso de razón de manera oficial; pero no es tampoco para tomarlo así, como hizo la tía, redoblando la exigencia en punto a comportamiento. Y también, que sus pláticas venían a concluir cada vez más en exaltación de las buenas costumbres y tratando de inculcar valores morales; los suyos, claro.
    -;Ya me ocuparé yo, descuida -;no podía evitar ella el tono de amenaza-; de lo de tu primera comunión.
    -;Como usted diga, tía.
    Con el tío Chemo, ya digo, ni parecido. Estamos, un suponer, en los jardines de la Plaza de Anaya, uno de sus rincones favoritos; la Catedral, la Universidad, el Palacio, la Hospedería, la Rúa que nace allí mismo, las cúpulas de la Clerecía... de todo me tiene muy hablado él. Estamos allí, digo, sentados bajo los árboles, y va él y hace una raya justo donde comienza el sol. No dice nada y sigue la charla; poco después la sombra llega más cerca y el tío marca otra raya. Repite la operación más tarde, sin decir ni pío.
    -;¿Qué haces, tío? -; exploto cuando ya no aguanto más.
    -;Mira, la sombra se ha movido. ¿O será que se haya movido el sol?
    Le interrogo con la mirada, pero se limita como siempre a encogerse de hombros y a poner gesto de no entender él tampoco. Es una invitación a que sea yo quien descubra, quien razone "¡Ah! piensa, mocito". Lo más que hace, darme una pista si voy muy descaminado.
El tío Chemo acaba de cumplir treinta y un años, tía Leonor andará cerca de los cuarenta me calculo, solteros los dos. Yo al tío le trato de tú y a la tía en cambio de usted; menuda la tuvieron hace tiempo con el tema, y para no llegar a ponerse de acuerdo, como siempre.
    Son ellos los dos únicos hermanos de mamá que en paz descanse, mamá iba en medio; de años, me refiero. Mamá murió al yo nacer y papá luego, enseguida, en la guerra, por eso los tíos me trajeron a vivir con ellos; aquí, a la vieja casona de los abuelos, en lo más pendiente de la cuesta según bajamos Tentenecio, pero antes de llegar al Arco de Aníbal cogiendo a la derecha en dirección a la antigua sinagoga menor. Los tíos comparten patrimonio, la finca, la casona (bueno, lo del sótano es privativo de la tía Leonor, ya se comprende), las rentas y el apellido compuesto.
    Aparte la finca, la casa, las rentas y el apellido, poco -;por no decir nada-; tienen los dos en común. A la tía Leonor, muy de iglesia, muy seria y estirada, la encanta moralizar. Es guapa y elegante, no quita, pero anda metida en silencios y tristezas; viste siempre de negro como si estuviera de luto, con ropas que yo veo demasiado antiguas. Una mujer de orden de la que -;defiende con ardor-;, “nunca nadie tuvo que decir”.
    El tío Chemo es otra cosa; campechano, simpático, vividor, enseguida se hace amigo de todo el mundo. Pintor cuando pinta -;o sea, casi nunca-;, escribe poemas, colabora en la prensa local, participa en tertulias... Es un poco vivalavirgen tengo entendido, pero tan respetuoso con los demás que nunca trataría de imponer a nadie sus propios valores. El mundo le es amable y él es amable al mundo. Para el tío Chemo, todo armonía, muy difícil hallar justificación a un desafecto suyo para con alguien... excepto para con la tía Leonor.
Salir con el tío Chemo es un recrearse de continuo, porque te hace sentir su propio entusiasmo por todo; no digamos ya cuando se trata del mundo natural, que tanto le da una noche de luna, como el día radiante de sol, o si estalla la tormenta; lo mismo lleva el intenso frío invernal que una ola de calor; el amanecer (él no ve muchos, desde luego) o el ocaso. "¡Cuánta belleza! ¿no, Manolín?" y estamos ante un sencillo paisaje, o contemplando pequeñas florecillas en el césped, o son las golondrinas rasando el piélago.
    Lo de andar con el tío paseando, aclaro, es para los días de diario, los domingos yo suelo ir con los amigos al cine San José (el de la cortinilla cuando se besan), que las ponen siempre toleradas y cuesta una peseta. El tío no aparece más que si yo he terminado ya de jugar, o si no hay niños ese día en la calle; pero él está dispuesto a cualquier hora. Lo de pintar, a él -;y la poesía y todo lo demás-;, le quita poco tiempo; en eso, la verdad, no le falta razón a tía.
    En los paseos con tío por el barrio antiguo -;es lo que a él más le gusta, yo creo-;, me relata de cada monumento con detalle. Saber sabe mucho, desde luego, pero se deja llevar por el entusiasmo; o sea, se le nota demasiado lo charro.
    -;Una gloria, ¿eh sobrino? vivir en una ciudad como Salamanca, pequeña que la puedes abarcar, y todos como una familia. Una ciudad universitaria, preciosa, tan llena de historia, tan monumental, ¿tú cómo lo ves?
    -;Igual, tío -;y recito de corrido-;: la Universidad, las Catedrales, la Rúa, la Clerecía, la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor, San Esteban, el Puente Romano...
    -;Muy bien, Manolín, así.
    En vísperas de Navidades, raro el día que no bajamos a los Portales de San Antonio a ver a las turroneras de La Alberca y darnos ya de paso una vuelta por los alrededores del Mercado. Multitud de gentes de pueblo vendiendo gallos y pavos, señoras a la compra, charlatanes… y trileros, trileros a la caza del incauto, cuanto más avaricioso mejor. "Cuánto enseña la vida, Manolín, pero no tenemos mucha fe en las enseñanzas de la vida". Nos llegamos alguna vez hasta la Gran Vía, que la están dejando preciosa, de soportales toda la acera de mano derecha subiendo. Sea uno u otro el recorrido, venimos a dar fijo en la Plaza Mayor; un par de vueltas y, si hace sol, “qué bonita la piedra encendida, ¿eh sobrino?” a sentarnos en la terraza del Novelty. Aquí es donde la tertulia creo, no estoy muy seguro.
-;Mira qué bien traído, Manolín, lo de pasear dando vueltas alrededor, las chicas en este sentido y los chicos al contrario; los más jóvenes haciendo los círculos de dentro, junto a los jardines. Te saludas con los mismos dos veces cada vuelta. Tiene su encanto eso de acudir a un lugar donde casi seguro vas a tropezarte con quien tú deseas, y sin haberlo acordado. Para quedar con alguien en plan formal, es allí, en el arco de las carteleras, que otros le dicen La Mezquita. El mejor sitio, porque las chicas suelen llegar con retraso y te puedes bajar a los urinarios, a desaguar la impaciencia. Y mientras, te vas leyendo las calificaciones de las películas.
    Es terminar de sentarnos en la terraza y dan en llegar conocidos. "Arrima una silla, venga" y vamos ampliando el círculo en torno al velador. No falta quien mete cizaña; el Bali el que más, el del Balilla negro, que siempre lo deja estorbando allí delante. Cuando ellos, los mayores digo, se ponen a cuchichear y hablan a medias palabras, yo no alcanzo a comprender la mitad de lo que oigo; eso pasa por ejemplo cuando comentan de lo que dice Radio España Independiente; o de la "gente bien" que para no dar que hablar se marcha a Zamora a ver Gilda, que es cuatro; o de “la secreta”, que a más de uno lo debe tener enfilado, aunque eso como que da prestigio, parece; o de Unamuno, que ya murió; o como el día que trajeron a colación lo de uno a quien había llamado “rojazo” el gobernador, no estoy muy cierto si se referían al obispo nuevo.
    Pasa por la terraza de todo, pero la clase alta es lo más propio; gentes de la “cuernocracia” (con algunos emparenta el tío), del deporte, de la Universidad, abogados, señoritingos, funcionarios... y poetas ociosos, que también. Pero el tío cuando disfruta de veras es cuando estamos los dos solos y se arriman algunos desheredados de la fortuna -;los "perra gorda" les llama él-;; tipos populares la mayoría, limpiabotas sin puesto, mozos de cuerda, vendedores ambulantes y así. Unos van de pana y bastante remendados, otros de mono azul y boina. Casi no paran, porque los camareros andan siempre al quite. Se las apaña el tío no sé cómo, pero les detecta la necesidad y les alivia en lo que puede sin dar ocasión a que se lo cuenten. Algunos le dicen "señorito" y otros “don Chemo”, que a mí me hace mucha gracia y a él le sienta fatal.
    En esto de relacionarse con los más desfavorecidos, cuando al tío se le nota en su salsa, es los días que nos ponemos la ropa más vieja "para no desentonar, ya sabes" y nos vamos a un recorrido por los “barrios más necesitados”. A la calle La Palma por ejemplo “esto es feudo de don Miguel, Manolín, buen cura”, y el tío se pone a charlar con la gente de aquellas casuchas viejas, olor a humedad, profundos y oscuros pasillos con puertas a los lados. Las hay con agua corriente y otras no; las que sí, tienen su lavadero de piedra en el patio, para todas las vecinas. Otras veces vamos a la Prospe, construcciones de planta baja, estas ya individuales, humildes igual pero más modernas.
También subimos, una vez por semana o así, hasta el barrio más pobre de todos, los Pizarrales -;que no tiene buena fama por cierto, y no sé por qué-;, todas las calles de barro menos la carretera que pasa por el medio. Es callejear despacito, el tío parando a cada paso; porque al tío en aquel ambiente se le ve otro, uno más de la gente de allí. "¡Ah! sobrino, el día que todos acertemos a ver lo mejor de las personas". Siempre hay un momento para que haga la propuesta de “algo para no perderlo” -;eso dijo la primera vez, no se me olvida-;, y entramos en la iglesia; no quiero imaginar si nos ve la tía Leonor, se nos muere del susto. Como si llega a enterarse de cuando el tío se fue andando de noche, al Cristo de Cabrera. En la iglesia no solemos coincidir con horario de misa y estamos los dos solos por lo general.     Él no reza, yo creo. O sea, no reza padrenuestros como yo, pero se le ve todo el tiempo con la vista fija en el altar, como si estuviera escuchando.
    Al bajar de Pizarrales por la carretera de Ledesma, tenemos el paso a nivel. Si andamos escasos de tiempo, a casita directos. ¿Qué no? pues dos opciones. Una es que tiramos a mano derecha por los terraplenes de la vía portuguesa y nos llegamos hasta el río, el Puente de La Salud, El Marín, y todo eso. La otra -;mi favorita-;, es coger a la izquierda y seguir hasta el apeadero de Garrido. Menudo barullo cuando llega el tren medio de noche y empiezan a caer de las ventanillas cestos y sacos llenos de pan, de patatas, de lentejas, de todo viene. Y los de abajo, cargar y salir esgalgando por las calles menos iluminadas. A pocos llegan a echar mano los de Fiscalía, o los consumeros. "Algún estraperlista habrá, no digo Manolín, pero son la mayoría gente muy necesitada, que se lo mandan del pueblo. Es muy difícil cumplir con la ley, sobrino, cuando no tienes qué comer".
    Nunca lo hemos acordado, conste, pero tanto el tío Chemo como yo, lo tenemos claro; de nuestros paseos no debemos hablar delante de la tía Leonor. Aunque sean hermanos hay desencuentros evidentes, pero no suelen producirse choques; la tía Leonor debe tener renunciado hace tiempo a reglar el comportamiento de tío y a éste no le importa -;o eso parece al menos-; lo que haga ella con su vida.   Los dos guardan, eso sí, mutismo absoluto acerca del sótano, pero eso no deber convenido, sino que la tía nada quiere revelar y el tío se guarda muy bien de preguntarlo. Y yo, muriéndome de ganas por saber.

II - Mantis

    A mediados de julio nos llegamos un día caminando hasta el Puente de La Salud, el de la vía portuguesa, obra según tío Chemo del ingeniero mismo de la Torre Eiffel. Abajo, a la otra orilla, teníamos la aceña en ruinas donde pudo haber nacido Lazarillo; “si hubiera nacido”, como puntualizaba el tío. Para no cruzar el Barrio Chino (lo cual no debía convenir a niño como yo), habíamos bajado por los Caídos evitando la calle de hondos regaterones del Botánico, ese recinto sin una sola planta donde se las manejó el tío con el deporte allá por sus años más jóvenes. Llegados al río tomamos por la Chopera, bordeando la Cueva de la Múcheres. Poco más allá del Prado Rico y la Cagalona con sus bancos de piedra en torno a la fuente, asomaban las viejas casuchas del Castigo, techos muy bajos y paredes de pizarra y adobe. Gentes humildísimas a las que, según anduviera el tío de bolsillo, alguna vez les daba para que pudieran coger el racionamiento. "¿Qué mejor uso para el dinero, Manolín?" Se podían ver perros famélicos llenos de garrapatas y a los cerdos hozar en el barrizal de la calle.
    Mismo allí, las barcas del Calderas, donde a veces alquilaba una el tío por media hora y hacíamos los dos -;yo también colaboraba remando-; de marineros de agua dulce. Al desembarcar, solía pegar la hebra él con los viejos pescadores de trasmallo, al sombrajo de cañizos. Les aceptaba unos tientos al porrón, porque al tío lo del vino en vaso no le iba, nunca le vi tomar ni una charra siquiera; en eso notaba yo que no era tanto lo del beber como la tía se lamentaba. Pasando ya la curva del río, a la otra margen, aparecía Tejares entre los árboles. Todo adelante, venía luego El Marín y enseguida ya las costaneras de La Salud, con El Hoyo abajo. Mas allá, La Moral, Gudino, El Canto...
    Pero ese día que digo, de julio, nos quedamos en La Salud, sentados en un resalte de pizarra frente a la pesquera rota, incansables los vencejos en su volar de piruetas y muy arriba del cielo milanos planeando sin apenas mover las alas.
-;Estas orillas tan escarpadas, Manolín, hace muchos miles de años, puede que millones, permanecían unidas una con otra formando un muro de contención para las aguas del río. Todo esto era un gran lago que llegaba hasta Babilafuente y más arriba. En lo que fue la orilla derecha de aquella enorme balsa de agua, donde ahora conoces Cabrerizos, Aldealengua y esos pueblos, es donde se recogieron los fósiles de tortugas y de cocodrilos que fuimos a ver hace unos días, cuando...
    El tío cortó su charla de repente. Se inclinó al suelo.
    -;Fíjate. Una mantis. Mira qué bien camuflada.
    -;¡Ah! sí -;color pardo amarillento como aquel suelo abrasado, costaba distinguirla.
    -;Familia de los mántidos; género ortópteros, creo recordar. Una mantis religiosa, observa su postura; como si estuviera rezando, ¿ves? Pues lleva cuidado, nunca te fíes de las apariencias, muchas veces resultan engañosas. No la espantes, mira si eres capaz de cazar un saltamontes; un saltigallo, vamos. Inténtalo.
    Acabé por coger uno pequeño de color marrón. El tío le puso al extremo de una paja larga, cuidando que no escapase.
    -;Ahora verás. -;Y le fue arrimando muy despacito a la mantis.
    Sucedió todo con una rapidez pasmosa. La mantis atrapó al pobre saltamontes con sus fuertes patas delanteras y comenzó a devorarlo por la cabeza. Sentí un nudo en el estómago, me vinieron ganas de vomitar.
    -;¡Bah! -;se incorporó el tío mientras me daba la mano y tiraba de mí levantándome de la pizarra-;. No te preocupes, mocito; de no haber sido ese, otro se habría zampado. Te sirva de consuelo que a ese otro le has salvado la vida; míralo así. Regresamos ya, si te parece.
    -;Como quieras, tío.
    Yo me sentía francamente mal. Me llevaba el tío la mano por el hombro, pero hasta la subida casi de San Vicente no se me vino a pasar. Atardecía ya, un sol a medio caer teñía de rojo el cielo todo, alguna pareja bajaba como sin prisa buscando la oscuridad cómplice de la Chopera. Hablamos poco todo el camino de vuelta. Lo de la mantis —me pareció, pero vete a saber-;, lo debió hacer el tío con alguna finalidad en concreto, no solo "para que no crezcas sin saberlo, mocito"; lo mismo fueron mis náuseas que le cortaron la intención de seguir hablando.
    El tío dejó pasar el 18 de julio. Ese día estuvimos de merienda en La Aldehuela. Como todo el mundo, a ver; festivo y la paga recién cobrada, pues... Hablamos de ir al día siguiente a la Peña Celestina, un mirador abierto a todos los vientos, al cual solíamos acercarnos para observar las borrascas entrando por el oeste -;"borrascas atlánticas" decía él, qué ganas tenía yo de conocer el mar-;. Arriba de la Peña, el tío se metía en cálculos de cómo irían las cosas para el pasto en la finca, porque no se fiaba mucho él de lo que dijese del tiempo la radio.
    -;No dejarán agua mientras no sople ábrego, sobrino; mientras el viento no tire de Béjar, no lloverá en serio, pena me da por los renteros.
    Permanecíamos sentados, los pies colgando al vacío, el río silencioso abajo; a la orilla nuestra la fábrica de harinas con la Regalía, luego la pesquera en pico y a la otra margen la aceña del Arrabal. Aún más hacia nosotros, la iglesia de Santiago toda en ruinas. Y estaba el Puente Romano, centinela de siglos, majestuoso, aunque le habían puesto semáforos y de vez en cuando lo cruzaba un camión. "¿Ves, Manolín? los antiguos, fueron más previsores, le construyeron bien sólido para que pudiera soportar los tonelajes que no aguantasen las obras de ingeniería modernas". A la salida, en la parte del Arrabal, estaba el fielato de Consumos y más allá el Teso de la Feria. Mirando abajo, a la derecha, teníamos el piélago sereno de Tejares que hace mucho -;le gustaba contar al tío-;, terminada la Cuaresma, cruzaban en barca los estudiantes con las inquilinas de la Casa de Mancebía y el Padre Lucas. Hacia Portugal declinaba el sol ya, tiñendo en rojizo las nubes.
    -;Me tienes que perdonar, Manolín, lo del otro día de la mantis.
    -;Tío, ¿qué perdonar? Me encanta charlar contigo, bien lo sabes.
    -;Lo celebro, caballerete. Y ahora, escucha... la tía Leonor...
    Pero no siguió hablando, lo debió pensar de otra manera. Pasó un rato como ensimismado, la vista perdida, el pensamiento puesto en cualquiera sabe dónde. Al cabo se animó a proseguir; había colocado su mano sobre mi pierna derecha, mientras se hacía con las palabras adecuadas.
    -;Mira, Manolín, yo no soy un ejemplo a seguir, lo reconozco -;se le había puesto un tono seriote, no parecía ni él-;. Ahora bien, pasarse de virtud es en cierto modo una forma de lo contrario. Sobre eso quería ponerte yo en guardia. Me da miedo que algún día yo falte y sea la tía, ella sola, quien dirija tu formación.
    -;Tío, bien sabes...
    El tío Chemo hizo un gesto de comprensión, pero no me dejó continuar. Adivinaba, lo más seguro, las palabras que seguirían.
    -;Escucha, sobrino, la tía Leonor es una mujer muy especial; mucho. Aparte lo del sótano. En realidad todas las mujeres resultan algo especiales, si entendemos por ello que se comportan muy distinto a nosotros, ya lo irás aprendiendo. Pero tía Leonor es, ¿cómo te diría yo? un caso aparte; sí eso es. No me duelen prendas porque sea mi hermana. Por ejemplo, ¿puedes creer que tuvo novio?
    Debí abrir mucho los ojos cuando miré para él a ver si hablaba en serio.
    -;Pues sí, tuvo novio; eso fue hace muchos años, andaría entonces ella por los veintipocos y yo tenía, pues... no muchos más que tú ahora, porque tardó en venir la guerra. Ella era muy guapa. Sergio se llamaba el novio, Sergio Cervera Montes, bien lo recuerdo. Conociéndola como la conoces ahora, tan puritana, tan hecha de represiones, tan obsesionada por satanizar todo lo referente al sexo, ya puedes imaginar cómo era de mojigata por entonces; se pegó más aún si cabe, a la sotana de los curas. El novio era de Madrid y venía por aquí de vez en cuando; un buen chico parecía, de su edad más o menos. Todos pensábamos que la cosa iba en serio.
Calló el tío Chemo, pero un momento nada más.
    -;Bueno, pues aquí termina la historia. El chico desapareció sin saber cómo ni cuando, sin dejar rastro. La tía Leonor nada comentó, ni consintió después en hablar del tema. Exigió respeto a su silencio y así lo hicimos para no remover la herida, pero ¿sabes una cosa? yo tengo para mí que... vamos, que no fue una espantada del chico.
    -;A lo mejor le dejó ella, tío.
    -;No lo creo, se la veía con ilusión. Pues no le gustaba ni nada pasear con él por la carretera de Madrid hasta la puesta del sol. Y luego dar vueltas a la plaza. Ni sé qué te diga, porque la verdad suele estar a menudo fuera del pensar de nadie. De la noche a la mañana ella comenzó a vestir de oscuro, hasta que terminó... ya ves, de luto riguroso. Y, otra cosa, lo del sótano que decimos, ¿hay razón para tanto misterio? ¿puedes creer que ni durante la guerra, cuando los bombardeos, fue capaz de abrirlo? Pues ni siquiera entonces; y hubiera sido un magnífico refugio. Oír las sirenas, y no había otra que salir corriendo a descampado, aquí mismo, donde ahora nos encontramos, que era lo más cerca. Y tuvimos a Franco de vecino como sabes, de modo que los aviones aparecían cada dos por tres.
    -;Cosas de mujeres, tío; como son tan especiales...
    -;Veo que aprendes rápido, sobrino -;se permitió una sonrisa de medias ganas, pero no quiso ir más allá en su charla. Se había levantado para iniciar el regreso.
    -;En cuanto a lo de la mantis religiosa del otro día, Manolín...
    -;¡Bah! Fui un blandengue, tío; te prometo que no volverá a ocurrir.
    -;No, no es eso, no te preocupes. Anduve consultando libros y es, como te dije, del género ortópteros, familia de los mántidos. Y ahora te digo más, el macho es devorado por la hembra nada más terminar la fecundación, a veces incluso durante la misma. ¿Qué te parece?
    No respondí, era más bien preguntarse del tío a sí mismo. Caminamos otro rato en silencio, alejándonos de la Peña; el tío metido en cavilaciones, pensativo, un algo le bullía por dentro. Cerca ya de casa, pareció volver de nuevo a la realidad.
    -;Esto de la mantis, Manolín, ya comprendes, nada tiene que ver. Es aparte quiero decir, de lo que habíamos hablado antes.
    -;Ya, tío.
    Me sentí un poco desorientado el tiempo que restaba de verano, porque al tío Chemo le ingresaron de urgencia en Los Montalvos. Anduvo de médicos él solo; una sombra en el pulmón, le dijeron. Nunca llegué a entender los lamentos de la tía por aquella "vergüenza".
Los ratos que antes pasaba con él, ahora me iba yo solo hasta la Peña Celestina, a “escuchar” su charla mesurada que terminaba por llevarme sin yo notarlo a razonar los sucedidos y a un ejercicio responsable de libre albedrío. Más de una vez dejé al amparo de la pequeña oquedad natural que yo sabía, un pantalón o un jersey del tío; ya me las ingeniaba yo para sacarlo a escondidas de casa. Eso -;alcancé a calcularme-;, no debía ser del todo robar, porque al tío se lo vi hacer en más de una ocasión y seguro que a él le habría encantado verme seguir su ejemplo. "No faltará quien lo aproveche" -;solía decir-;. "¿El limpia, tío?" "Quién sabe. A lo mejor." No era a lo mejor, era a lo seguro. El limpia solía rondar el Garaje San Isidro, donde ayudaba a encender los gasógenos, a cargar y descargar de la baca en los coches de línea, repartía mercancías, etc. Al atardecer se venía en busca de aquel mísero refugio con algo de techo; no siempre lo conseguía, porque algunas veces la excesiva carga de alcohol le quedaba tumbado en mitad del camino. Y allí pasaba la noche, a cielo raso, arropado solo por las estrellas del cielo.
    También a la Peña subía yo cuando el cielo se ponía de color panza de burro y me figuraba tormenta. Imponía contemplar cómo los relámpagos encendían el cielo a poniente (precisamente allí quedaban los Montalvos). Me volvía corriendo en el último segundo, Lo imaginaba igualito que antes, el tío Chemo trotando a mi lado y juntos los dos tomando aliento al llegar al portal de casa.
    Algún día incluso me cogí por la Chopera, El Castigo, El Marín y todo eso... Pero nada, no fui capaz de hallar ninguna mantis.
    Por vacaciones de Semana Santa volví a casa -; tía Leonor me había llevado interno a los Salesianos-;. Una vez, una sola vez, fuimos los dos a Los Montalvos a ver al tío. Aquello parecía una cura de frío, el tío en la galería y arropado con una manta frente a los encinares. Ya iba yo bien advertido; nada de besarle, por lo del contagio. Lo que más pena me dio es que tampoco el tío hizo por ello.
Una tarde, la tía Leonor se dirigió al sótano aquel de los misterios. Atrancó por dentro, eso era de siempre. Al subir, sus ojos delataban haber estado llorando. De alguna otra vez yo la recordaba igual de afectada, pero en esta ocasión (había dado permiso a la chica para la fiesta del pueblo) ni tan siquiera se molestó en ocultarlo. Era pasada la hora de la cena y sin embargo vino a sentarse a mi lado en el diván, muy erguida, sin recostarse. Dio comienzo a un monólogo indeciso y vacilante, poco inteligible. Tal que si —me dio por pensar—, hubiese bebido. Aunque nunca la vi probar el vino.
    Habló -;en ella impensable-; llena de compasión por sí misma. Parecía más deshabitada que nunca y decía sin decir del todo, de amores incomprendidos, de personas que no admiten el que una se haya de guardar, de su firmeza en la titánica lucha contra el Maligno; de la pureza, el mayor de los tesoros...
-;Manolito, créeme, hoy en el mundo prevalecen las fuerzas del mal. Quedan pocas mujeres que aún guardemos pureza y perseveremos en la lucha... Quizá tú, sobrino, me juzgues persona poco sensible, desmotivada por el amor... Muy al contrario, soy mujer que del amor guarda un elevado concepto, para mí es algo maravilloso, el más noble sentimiento del ser humano. Pero cuando has amado una vez, ya no se puede querer nunca más... a nadie...
    Con un pañuelo enjugaba lágrimas que no dejaban de resbalar por sus mejillas. Jamás hubiera imaginado yo a la tía Leonor llorando.
    -;Por desgracia, Manolito -;continuó su decir entrecortado-;, un amor mal entendido puede resultar perverso también; una se ha de mantener alerta siempre y no ceder a la tentación. Sea cual sea la circunstancia, ¿me comprendes? -;ponía mucho calor en sus palabras, demasiado quizá, lo mismo su convencimiento no era tanto-;. Y hacer lo que sea preciso, lo que sea preciso...
    Llegado este punto es cuando tía Leonor estalló en un sollozo profundo que terminó de ahogar sus palabras; debía tener los adentros en carne viva. Ya no fue capaz de proseguir. Bajó la cabeza y sin retirar de la cara el pañuelo se irguió con aire muy digno, se alisó un poco la ropa y tomó en silencio el camino de su cuarto.

    III - El sótano

    Salgo de mi recordar. Vuelvo al presente. A este venir de tierras lejanas para el encuentro con lo que a uno le es propio, con lo que nunca dejó de serlo, con lo que tanto añoraste durante los muchos años de ausencia. Volver. Volver a tus raíces. Campo llano y reseco ahora, cuando miro por la ventanilla.
    Aparece a lo lejos, recortada contra el cielo gris, la silueta inconfundible de la Catedral; de muy atrás venía yo impaciente por ver llegado este momento. Más adelante, regadíos, arbolado en lo que antes era todo un secarral. Y ya cerca, barrios de nueva construcción. Por último, la maravilla del río sereno, la Catedral reflejando en el agua mansa (la bonita postal de antes y de siempre), el Pradillo dejado atrás.
    Pido al taxista que rebase el puente nuevo que yo desconozco, para entrar por el "nuevo" de antes; seguiremos por, "a ver, déjeme recordar"... sí, Puerta de San Pablo, Paseo de Canalejas, la Alamedilla, Plaza de España, José Antonio (o como ahora se llame). Voy absorto en la contemplación. "No corra mucho, por favor". Desaparecieron las viejas tenerías pero aún se deja entrever la muralla; restaurado el edificio del antiguo manicomio (la "casa de los locos", el 113), ahora sin ese aire de horror e inclemencia. Calles muy otras, aire de modernidad. Está bonita mi Salamanca, rejuvenecida. ¡Qué interesante lo de “Ciudad Europea de la Cultura”! cómo habrá disfrutado el tío Chemo... si es que aún está en condiciones de hacerlo.
    Una vez llegados al Pozo Amarillo, echo pie a tierra. Lento el pasear, memoria del tiempo ido: Plaza del Mercado, Portales de San Antonio, preciosa la Plaza Mayor, San Martín y el Corrillo, la Rúa transformada, mucha tienda de regalos. En la vieja librería se venden los mismos periódicos locales. “Oficina de Turismo” reza en la bollería de la Casa de las Conchas, tomo un folleto como casi forastero. La imponente Clerecía, la singular Plaza de Anaya que tanto saboreaba el tío. El barrio antiguo remozado; gozoso callejeo.
    Para terminar llegando a la misma vieja casona, ésta no ha cambiado. Al tío Chemo lo encuentro no tan para el desguace como pregonaba por teléfono, el bastón le sobra. "Un mozo, tío, pero si estás hecho un mozo" "Menudo mozo, Manolín; de cachava. Ochenta y nueve para noventa. Y tú sesenta y seis, que bien te llevo la cuenta". Quién pudiera llegar a suponer -;me digo-;cuando aquello de Los Montalvos, que lograría el tío sobrevivir a tía Leonor. Y él, como si hubiera leído mi pensamiento: "Ya ves, hijo, no debe ser la virtud lo más saludable. O el exceso de virtud, por lo menos".
    Retomó enseguida el aire suyo de siempre y me lo vino a contar con el mayor desenfado. Me había pedido que viniese "...lo primero porque deseaba verte, claro, pero a mayores..." Bueno, se le había ocurrido en un momento de flojera -;presunta flojera-; vital. Cuando murió la tía Leonor, va ya para doce años, le hubo de prometer en el lecho de muerte, y con toda solemnidad, que se haría cargo de la llave del sótano, pero que jamás traspasaría su puerta. Cuando él faltase, que fuera lo que Dios tuviese dispuesto. No se halló con fuerzas para faltar a la promesa. Lo que se le había ocurrido a él no hace tanto, es que...
    -;A fin de cuentas tú eres mi único heredero, todo te acabará perteneciendo, la finca, la casa; la casa toda, digo, el sótano incluido. Y ¿cuánto puede faltar Manolín? bien poco. Tú no tienes promesa hecha. Mañana mejor, mira qué horas son ya. Luego, es cosa tuya si me quieres pasar información.
    "¿Ves? aquí tengo la llave. ¿Te parece demasiado hacer trampa, sobrino?". El tío Chemo de siempre. "Total, para lo que me queda de calendario... no veas cómo noto que me adelgaza la vida, hijo. Tú en cambio, haces cara de..." El adorable tío Chemo de siempre.
    He bajado la escalera un poco furtivamente, como arrastrando culpa. Ya recuerdo el bajar de la propia tía Leonor que en paz descanse, mirando siempre que no estuviera en casa el tío. Al menos ahora, no hay ocultamiento. "No tienes prisa, Manolín, yo aguardo aquí arriba, leyendo."
    Ha girado la llave sin demasiado forzar. Por contra, la gruesa puerta de roble claveteada se resiste al empujar y chirría un amargo lamento. Negrura total. Olor a moho, a tiempo detenido, atmósfera de asfixia.
    Bajo tanteando los últimos escalones. Me detengo al final para que mis ojos se vayan acostumbrando a la oscuridad, apenas un estrecho ventanuco pegado al techo y lleno de telarañas. Poco a poco se va dibujando el contorno de los objetos. Primero el sillón ante una sólida mesa de madera tallada, y lo que aparenta una figura humana sentada de espaldas, cubierta con un sayal de fraile. Hay un candelabro con dos velas a medio gastar y lagrimones de cera, un ramillete de flores resecas en un búcaro sin agua, una botella que debió contener vino en su tiempo y un vaso manchado. Frente al sillón, otro sillón igual. Vacío éste, sin nadie, respaldo alto y guarnición de cuero; más flores resecas, y un portarretratos además. Todo cubierto por una gruesa capa de polvo. Inmóvil actitud de espera en la figura cubierta con el hábito de monje. Parece aguardar la llegada de alguien.
    Comienzo a recorrer la estancia cuando mis ojos son capaces de apreciar el entorno. El imaginar va por delante. Paso al lado allá de la mesa y lo que semejaba una persona sentada en actitud de espera resulta ser… un esqueleto humano. Una osamenta que mira profunda, inquietante, desde la cuenca vacía de sus ojos.
    Consigo sobreponerme al asombro y me llego hasta el interruptor de la luz; de una luz fatigada, mortecina, que dispersa la polvorienta bombilla cubierta de tulipa. Se aprecia ya en detalle lo que resta del sótano. Todo fue dispuesto a lo que se ve, para una estancia confortable, o casi. Cuelgan de la pared algunos óleos, pequeños cuadros con poesías enmarcadas, unos cuantos libros en el pequeño estante; dos o tres fotografías de la tía Leonor, de cuando tenía dieciocho años más o menos. La foto del portarretratos sobre la mesa y frente al sillón vacío, es de un joven sonriente y bien trajeado. Letra perfilada con mimo, “Te quiero” reza la breve dedicatoria. Siento un escalofrío bajar por mi espalda…
    Al rincón último descansa junto a la pared una maleta que tomo al peso, parece llena. Ni siquiera me sorprende ya encontrar en la etiqueta, la caligrafía misma de la foto en el portarretratos. Y leo: “Sergio Cervera Montes”.
    Ahonda el silencio, espesa la calma. Conmoción al vibrar de una lúgubre campanada que viene de lejos y todo lo llena. La siguen otras. Lentas, muy lentas, tristes, profundas, mueven a inquietud, conturban el ánimo. Identifico el retumbo grave, roto, de María de la O.
Flota en el aire un algo extraño, sutil... Amortece aún más la escasa luz de la bombilla. Del sillón vacío se alza un helado soplo de tiniebla, un hálito de penumbra que poco a poco adensa, negrura que ondula despacio y acaba por tomar cuerpo en... una mantis religiosa.

    Como decía, en cada párrafo siempre había algo que recordar, algo que apostillar, que ilustrar. No en vano muchos de los tertulianos han vivido la Salamanca de aquellos años o la de algunos un poco posteriores, pero además de haberla vivido, son grandes conocedores de ella y especialmente son grandes amantes de nuestra ciudad.

    Se recordó las grandes diferencias de caudal en el Tormes. Veranos hubo que se podía cruzar de un lado a otro sin mojarse, saltando de piedra en piedra. Mientras que en invierno o primavera bajaba con tanta fuerza y tanto caudal que más una vez inundó barios enteros, derribó iglesias, convento, e incluso el Puente Romano, tan fuerte, tan robusto, sucumbió en una de estas riadas, eso sí, hace muchos, muchos años, fue la famosa riada de San Policarpo, el 29 de enero de 1626, en la que dicen que murieron 142 personas y arrastraron varios arcos del Puente Romano.

    Todos alabaron la construcción de la presa de la Maya. De ellas, dijo Pascual que Franco había venido a inaugurarla al menos dos veces. La obra se inauguró el año 1938, según lo que he podido informarme, por lo que el control de las sequías y de las inundaciones debe ser por otro medio. Filiberto Villalobos, un gran salmantino hizo gestiones siendo ministro en la república, para que esta obra se realizara.

Hubo recuerdos para el Tormes en invierno, cuando se llegaba a helar de una orilla a la otra. Se "candaba" era la expresión popular para decir que el río se había helado por completo. Algunos se atrevían a transitarlo a pie, otros en bicicleta. Pascual nos comentó que en una ocasión, siendo niño, vieron una avefría en medio del hielo y varios niños se acercaron para verla, con el peso de todos ellos, el hielo empezó a resquebrajarse produciendo un sonido parecido a un gran trueno. Todos salieron corriendo sin que ninguno sufriera lesión alguna, excepto el susto.

Pero de los hielos del Tormes, lo más característico es la famosa fotografía de Laso, en la que podemos ver a cuatro jugadores de cartas con sus respectivas sillas y la mesa, jugando en mitad del río. De la fecha de esta fotografía no llegamos a un acuerdo, unos la recordaban cuando niños y echando cuentas les salía un año, a otros otro. Se llegó  decir que tal vez se repitiera la foto en varios años.

Como no, se habló de la Plaza Mayor, siempre la misma y siempre distinta. Entonces con el centro ajardinado, por donde paseaban los más jóvenes, mientras las mujeres paseaban en un sentido y los hombres en otro, con lo que se propiciaba el ver a la persona que uno quería, aunque, supongo, que también se vería a los que uno no tenía intención de ver. Pero era la costumbre. Más tarde estos paseos se trasladaron a la calle Toro e incluso a la carretera de Madrid.

    Se habló de muchos de los personajes que Pascual cita en su relato, todos históricos. Se añadió al repertorio alguno más, varios de ellos sacerdotes, no todos del agrado de todos. Se recordó a D. Manuel Pereña Andrés, párroco de la Purísima, al padre Basabe, del que alguno no guardaba muy buen recuerdo. Comentaba Fermín, que estando viendo un  partido de fútbol, no le gustó demasiado alguna jugada o decisión arbitral y expresó lo que pensaba en voz muy alta. Coincidió que el padre Basabe estaba muy cerca de él, le propinó tal bofetón que aún hoy le retumban los oídos.

    En Salamanca el P. Enrique Basabe dejó su legado más importante con su trabajo religioso y social en varios barrios de la ciudad. En la posguerra colaboró incansablemente con el párroco de los Pizarrales y gracias al trabajo de ambos surgieron en aquellas “Hurdes urbanas” como llamaba el P. Basabe al barrio de la posguerra en la Memorias, una nueva parroquia y multitud de viviendas sociales. A partir de 1952-1967 cambió de barrio. De un extremo a otro, de los Pizarrales a la Prosperidad. Y sería en este barrio, donde desplegaría su actividad más conocida. Gracias a su tesón y a su celo, y con la colaboración de miles de salmantinos, construyó lo que bautizó como Milagro de San José “Ladrillo a Ladrillo”. Una obra modélica, popular, que con su vitalidad muestra la intuición de su fundador.

    Entre los personajes pintorescos se encontraban "limpias", porteros, botones de hotel, y los inconfundibles trileros y charlatanes.

    De estos últimos hablamos y elogiamos su capacidad para encandilar y convencer a la gente, más o menos cateta, de la época.

    El tema de los fielatos, el contrabando y el estraperlo fue un capítulo del que se contaron muchas anécdotas. Se recordó cuando pasaba el tren, por lo que hoy es la céntrica Avenida de Portugal. Antes de llegar a al apeadero era de admirar cómo salían por las ventanillas todo tipo de paquetes y fardos, con los más variados artículos: patatas, lentejas, garbanzos, o carbón, todos ellos necesarios para la supervivencia de las familias que vivían en la capital y que no disponían de recursos económicos para adquirirlos o simplemente no los había en el mercado.

Se recordó el barrio que existía pegando al Puente Romano, en la margen derecha del río, hoy ha desaparecido por completo, queda solamente, como testigo de lo que fue, la iglesia de Santiago, que en la época en la que nos habla Pascual estaba en ruinas.

    Es un tributo que hay que pagar a la modernidad. Hoy hay hospitales donde antes sólo había campo, donde en alguna ocasión se instaló la feria monográfica, donde estaba la conocida cueva de "Las Múcheres". Para dar entrada fácil a las ambulancias y vehículos que acceden a los hospitales hay que hacer calles amplias, con lo que aquel barrio de calles estrechas llenas de barro, han dado paso a amplias avenidas.

    Una discusión quedó sin resolver. La ubicación del orfelinato, o mejor dicho, las diferentes ubicaciones, pues al parecer estuvo en varios lugares. No hubo acuerdo en ello, se dijo que tal vez se estaba hablando de entidades distintas.

    Del sanatorio de Los Montalvos, para tuberculosos, también se habló. Que enfermedad tan terrible, una enfermedad que daba miedo, mas bien vergüenza, citarla. La familia que tenía a alguien que la padecía se cuidaba muy mucho de decirlo, Se consideraba que el enfermo era culpable de su propia enfermedad, cuando la verdad es que en muchas ocasiones venía por la falta de alimentos.

    Las primeras referencias escritas sobre este hospital datan de 1930 como el año de inicio de las negociaciones de construcción de un sanatorio antituberculoso en Salamanca. Fue el Dr. Filiberto Villalobos quien lideró esta campaña como Diputado Provincial, estableciendo contactos con el Gobierno de Madrid, siendo entonces Ministro de la Gobernación -Ministerio del que dependían estos sanatorios- el general Martínez Anido.

  El día del acto oficial de colocación de la primera piedra de lo que iba a ser el sanatorio antituberculoso mayor de España, con capacidad para 500 camas, tuvo lugar el día 25 de abril de 1935    

Para darnos cuenta de lo que esta enfermedad, la tuberculosis, representaba en aquella época, Agustín comentó que una vecina suya trabajaba en este sanatorio. Todos la veían a distancia y con gran respeto, "trabaja en el hospital de los tuberculosos". Tanto era así, que las madres de los niños, les tenían prohibido acercarse a ella, o que ella les diera un beso.

    Cuando Pascual, al final de su relato, nos va diciendo lo que ve al llegar a Salamanca, Pilar le recrimina que no cite un árbol emblemático que había a la entrada de la ciudad por la carretera de Madrid, en la margen izquierda del río, "El árbol de los novios". Este era un árbol, creo que un negrillo, ya me corregirá alguien, que tenía dos gruesas ramas en forma de uve, en cada una de ellas se apoyaban los novios recién casados, con sus vestidos de ceremonia, para hacerse la fotografía con la Catedral al fondo.

    Terminamos haciendo una comparación ente la Salamanca de hoy y la de ayer. Todos estuvimos de acuerdo en que es mejor la de hoy, no podía ser de otra manera, no obstante se dijo, que tal vez no fuera todo lo buena que podría haber sido, que muchas reformas que se han hecho no han respetado lo suficiente a la Salamanca antigua, que tal vez se podría haber conjugado mejor lo moderno con lo de antes, es decir modificar, adecentar, modernizar, pero sin perder el sabor de lo de siempre. Se habló de varios edificios que no debieron ser destruidos, algún convento y especialmente el de correos, ubicado en la plaza de Santa Eulalia, hoy en en su lugar hay un aparcamiento subterráneo.

    Tertulia muy agradable, muy participativa, pues se hablaba de temas muy  nuestros. Gracias Pascual por traernos en esta tarde de invierno esos recuerdos de nuestra Salamanca de los años cuarenta y cincuenta y.....

    El próximo martes, día 16, tendremos como invitada a Doña ENCARNA PÉREZ ÁLVAREZ, Profesora de la Universidad de Salamanca, quien nos hablará de "La mujer en el movimiento asociativo".

    PRESENTAREMOS Y HAREMOS ENTREGA GRATUITA, COMO SIEMPRE, DEL NÚMERO OCHO DE NUESTRA REVISTA.        


    DÍA 16 DE ENERO

    DOÑA ENCARNA PÉREZ ÁLVAREZ (Profesora de la Universidad de Salamanca)

    TEMA: LA MUJER EN EL MOVIMIENTO ASOCIATIVO

    Encarna es Doctora en Trabajo Social. Profesora Titular de la Universidad de Salamanca. Fundadora y Directora del Servicio de Asuntos Sociales (SAS) de la Universidad de Salamanca desde el 27 de enero de 1999, fecha en que se creo este servicio, hasta que cesó como Rector Ignacio Verdugo. Este Servicio constituyó un precedente dentro de las Universidades españolas tanto públicas como privadas, muchas de las cuales se pusieron en contacto con el de Salamanca para aplicarlo en sus universidades.

    Encarna es una mujer comprometida en todos los temas que tenga que ver con la labor social y de una forma muy especial con los relacionados con la mujer. Ha participado, y participa, en cuantos congresos y mesas redondas, a las que es invitada para hablar de temas relacionadas con la mujer.

    Empezamos hablando de las diferencias, no sólo físicas, por todos reconocidas y admitidas de la mujer con respecto del hombre. Se reconoció que entre el hombre y la mujer hay diferencias de diversa índole, lo cual no quiere decir que uno sea superior al otro, simplemente somos diferentes. Por eso cuando se habla de igualdad, no estamos hablando de que las mujeres quieran ser iguales que los hombres en todos los aspectos, (tal vez haya algún caso, pero ni es significativo, ni representativo, por lo que no nos interesa) estamos hablando de una igualdad en la que se respeten las diferencias biológicas y lógicas entre hombre y mujer. Estamos hablado de una igualdad de oportunidades, de una igualdad como seres humanos, de una igualdad laboral, es decir a un mismo trabajo una misma remuneración y reconocimiento y un etcétera muy largo que cualquier persona de buena fe será capaz de entender sin necesidad de más explicaciones.

    Como hubo algún comentario al principio de la tertulia sobre el sexo fuerte y la buena salud que en general gozan las mujeres, así como su más alta probabilidad de vida. Encarna, dijo que no es que las mujeres se pongan menos enfermas que los hombres, sino que aguantan la enfermedad mejor que los hombres, y se dan menos casos de absentismo laboral, aunque solamente sea por la larga tradición de la mujer trabajando en el hogar donde no es posible el absentismo.

    Tanto la preparación de la mujer como el trato que la sociedad le va dando están cambiado considerablemente, actualmente se dan menos datos estadísticos y se atendiende más a la reflexión personal sobre las cuestiones de género.

    Es evidente que a lo largo de la historia, y de una forma muy especial durante el siglo XX, la evolución de la mujer ha sido espectacular, esto no quiere decir que hayamos conseguido la meta ideal, ni mucho menos, aún  nos que mucho camino por recorrer, pero es conveniente admitir y valorar el camino que se ha recorrido. También es bueno valorar estos cambios como algo conseguido por las dos partes, hombre y mujer. No es bueno que ni los unos ni los otras se adjudiquen este avance de una forma unilateral.

    Este avance también es producto de la evolución lógica de la sociedad. La sociedad no puede avanzar en un ámbito determinado olvidándose del resto. Es inevitable que cualquier tipo de cambio repercuta en toda la sociedad, para bien o para mal.

    En España los cambios más espectaculares de la mujer, se han dado a partir de la II República. Estos cambios también se han dado en el hombre, pero este fenómeno ha sido estudiado muy especialmente en las mujeres.

    Para los países europeos mas avanzados, fue el final de la II Guerra Mundial, con la instauración de modelos de bienestar social, lo que propició  la participación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

    Los derechos de igualdad y de participación son los dos pilares fundamentales para que esa integración sea real.

    En España el cambio más espectacular se produce con la Constitución de 1978, que es el gran marco de convivencia y es donde se reconocen esos dos derechos; el de igualdad y el de participación.

    Con la revolución tecnológica se abren nuevas formas de trabajo y de vida, lo que propicia la integración de la mujer en el mundo laboral. Esta revolución facilita encuentros con otras culturas, podemos ver qué pasa fuera de nuestras fronteras. La mujer se va incorporando al espacio público, dejando de ser el privado su  espacio único. Pero estos cambios, como todos los cambios siempre llevan alguna resistencia, hay algunos sectores, entre los hombre fundamentalmente, que no aceptan esta incorporación de la mujer tanto al mundo laboral como al social, pero este cambio ya es imparable. Es curioso observar cómo esta resistencia no proviene exclusivamente de sectores masculinos, también hay algunos grupos de mujeres que se oponen a este cambio.

    El hombre siempre ha sido quien ha tomado las decisiones, porque la sociedad, hasta ahora, se ha basado en el poder. Si la base de la sociedad hubiera sido el afecto, es muy probable que las mujeres fueran las que llevaran la voz cantante, o al menos hubieran tenido un papel más relevante.

    Según un estudio de la OIT, tienen que pasar 420 años para que exista una igualdad real en todo el mundo entre hombre y mujer. Es ahora cuando se empieza a ver a la mujer, hasta ahora era "invisible" en el campo laboral.

    Sobre el tema de la integración de la mujeres en los diferentes ámbitos de la sociedad se habló, como no, de la discriminación positiva, de la paridad, de las cuotas,...

    Una vez más se recordó que todas estas medidas estaban encaminadas a favorecer la entrada de la mujer en ciertos ámbitos casi vedados para ellas hasta ahora, y que esto solamente estará en vigor hasta que la mujer sea reconocida por sus valores, y después desaparecerán estas leyes y cada puesto será ocupado por la persona más adecuada para él, prescindiendo del sexo.

    Sin embargo el espacio asociativo ha sido tradicionalmente de las mujeres. Esto tiene un explicación lógica, y es que muchas asociaciones, en su origen, han sido la continuidad del espacio privado, que es donde tradicionalmente se ha movido la mujer.

    Muchas de estas asociaciones eran de carácter humanitario, en las que se cuidaban, o se cuidan, a personas con problemas físicos, mentales, sociales,... y la mujer ya está acostumbrada a esta función, pues siempre ha sido la encargada, en la familia, de cuidar a sus hijos, marido, personas mayores o enfermas,...

   Por otra parte la mujer siempre ha tenido muy desarrollado el sentido de la solidaridad y de la responsabilidad con todos los que le rodean, motivado por sus funciones de cuidadora.

    Por todo ello, la presencia de la mujer siempre ha sido mayoritaria en asociaciones de tipo social, porque han sido una continuación del privado. La sociedad nunca ha tenido ningún problema a la hora de ceder este espacio a la mujer, al contrario, siempre lo ha visto como una consecuencia lógica. Otra cuestión es cuando hablamos de asociaciones de tipo cultural o político, aquí la sociedad no ha sido tan permisiva, ni mucho menos, aún hoy podemos contemplar asociaciones exclusivas para hombres, no solamente en nuestro país, también en los más avanzado de Europa.

       En España el movimiento asociativo de los años 40-50 y primeros de los 60 estaba íntimamente ligado a la Iglesia. en 1964 entra en vigor la Ley de Asociaciones. A partir del 68 se empiezan a crear asociaciones sociales de atención a los más necesitados, que el Estado no consideraba de su incumbencia y son las mujeres quienes se hacen cargo de ellas. Estas asociaciones eran e su mayoría de atención a discapacitados, drogadictos, enfermos mentales, marginados...

    Actualmente la mujer continúa siendo mayoría en las asociaciones de tipo social. Un estudios de hace dos años, refleja que en Castilla y León, las mujeres ocupan entre el 70 y el 80 % del voluntariado.

    En el 202 salió otra ley sobre asociaciones, pero parecer que no resuelve gran cosa, es preciso una ley mucho más amplia.

    El que las mujeres sean mayoría en muchas asociaciones, no quiere decir que estas tengan los cargo de dirección y decisión de las mismas. Es curioso ver asociaciones en las que el voluntariado tiene una mayoría  abrumadora de mujeres, sin embargo los órganos de dirección están ocupados por hombres. Esto no es fácil de explicar cuando estas organizaciones son presuntamente democráticas, y sus órganos directores deben ser designados por sus propios miembros. La explicación que dio Encarna es que la mujer sigue muy atada a los quehaceres del hogar, así como familiares, lo que la impiden disponer de tiempo necesario para dedicarse a otras cosas, y cuando lo hace, participa en ellos sin implicarse demasiado, precisamente por esas obligaciones.

    Ya en la tertulia se oyeron comentarios y opiniones de todo tipo. Destaco la siguiente frase: "Las mujeres deben tener derechos pero sin pasarse". Luego, en la explicación, el tertuliano manifestó que lo que quería decir es que con tanta discriminación positiva, tantas cuotas y demás, no vayamos a "pasarnos" y al final tengan más derechos que los hombres. Hay que abogar por una igualdad, no por una superprotección.

    Encarna contestó que los derechos no son negociables.

    Se habló de trabajos propios de mujer y otros que lo son de hombres, pero no fue fácil separar unos de otros. Hubo quien dijo que una jueza puede verse condicionada por su instinto maternal a la hora de juzgar a un delincuente joven al que debe imponerle una pena bastante dura, pero que tal vez al pensar en su hijo o nieto, se le ablande el corazón y dicte una sentencia más benévola.

   Encarna defendió la postura de la mujer y dijo que las mujeres pueden desempeñar esa función tan bien como un hombre. Es cierto que en algún momento puede asomarles la vena maternal, pero que también le puede pasar a un hombre, las mujeres podemos ser tan duras o más que los hombres, y sobre todo, igual de profesionales, sin que nos dejemos llevar por sentimentalismos.

    Volvió el tema de la cuotas, se volvió a decir que son políticas transitorias para incentivar la participación de la mujer, para corregir la desigualdad, y que una vez conseguido este objetivo, estas políticas desaparecerán.

    ¿Qué hacen las mujeres en los conventos? preguntó algún tertuliano. Encarna dijo que no tenía nada en contra de las monjas, ya fueran de clausura o no, que es una opción personal y como tal muy respetable. Añadió que las monjas han tenido y tienen una función muy importante en nuestra sociedad.

    Se comentó el tema de las mujeres objeto, revistas con mujeres desnudas. No siempre este tipo de publicaciones son obscenas, el desnudo tanto femenino como masculino, pude ser una obra de arte. De hecho hay obras de arte a lo largo de toda la historia con desnudos y no hay que pensar que son obscenos. No se mostró de acuerdo con los desnudos que se hacen para "vender carne" sin  más, pero ni con los masculinos ni con los femeninos, que ahora de todo hay.

    En el mundo de la publicidad se ha incorporado el hombre para hacer el papel que hasta hace poco le estaba reservado  la mujer.

    Mucho trecho queda por recorrer para alcanzar la igualdad, no sabemos si esos 420 años que dice el estudios de la OIT, pero en todo caso mucho falta aún. Para recorrer ese camino es preciso la concienciación tanto de hombres como de mujeres.

    Se habló de casos en los que el acceso esta prohibido a la mujer, algunas instituciones como Iglesia o la masonería, donde solamente se las admite para cargos menores, como "monaguillas"

    Ya al final de la tertulia se le preguntó a Encarna qué es y que se hace en el Servicio de Asuntos  Sociales de la Universidad. Encarna explicó lo que era este servicio: Apoyamos a la Comunidad Universitaria a través de las Unidades de las que está compuesto el organigrama del Servicio; igualmente la cercanía con la sociedad está entre sus objetivos, a través de colaboraciones con las Instituciones, Asociaciones y ONG,s para conseguir estar en sintonía, siguiendo la filosofía del actual equipo de gobierno.

 

    Este servicio está formado por las siguientes unidades:

   

UNIDAD DE GESTIÓN
    JEFATURA DE NEGOCIADO ADMINISTRADOR:
    - Gestión de Recursos Humanos
    - Gestión Económica de Presupuestos
    - Gestión de los Recursos Materiales

 

UNIDAD DE APOYO SOCIAL
LA ATENCIÓN ES INDIVIDUALIZADA, GRATUITA Y CONFIDENCIAL
 

La Unidad de Apoyo Social facilita a la Comunidad Universitaria:
- Información general sobre servicios de la propia universidad y recursos y servicios sociales de la red pública.
- Información sobre extranjería: orientación a estudiantes y profesores acerca de los requisitos de entrada y estancia en España, cobertura sanitaria, etc....
- Información y derivación a las Unidades de Psicología y Psiquiatría para el Universitario
 

   UNIDAD DE DISCAPACIDAD
    LA ATENCIÓN ES INDIVIDUALIZADA, GRATUITA Y CONFIDENCIAL

    Está subvencionada a través de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la de Sanidad y Bienestar Social de la Junta de Castilla y León.
    - Información general sobre discapacidad: subvenciones, red asociativa, legislación específica, bolsas de trabajo, accesibilidad, alojamiento adaptado, etc...
    - Orientación y apoyo en la incoporación a la Universidad del estudiante con discapacidad.
    - Orientación y apoyo personalizado a los estudiantes con discapacidad para promover la igualdad de oportunidades durante su vida académica: apoyo en los desplazamientos, ayudas técnicas, servicio de intérprete de LSE, etc....
    - Información y orientación para la incorporación al mundo laboral de los estudiantes titulados.
    - Información y asesoramiento al profesorado y al personal de administración y servicios sobre las adaptaciones y apoyos para los estudiantes con discapacidad.

    UNIDAD DE FORMACIÓN E INVESTIGACIÓN
    - Validad la formación y preparación de los voluntarios
    - Desarrollar Cursos Extraordinarios en materios relacionadas con el SAS
    - Organizar encuentros, jornadas y seminarios
    - Establecer asignaturas de libre elección
    - Potenciar la investigación aplicada
 

   PROGRAMA INTERGENERACIONAL
 

  OBJETIVOS
    Facilitar el alojamiento de alumnos universitarios en el domicilio de personas mayores, para promover la convivencia intergeneracional, ofreciendo una alternativa familiar de alojamiento a los alumnos universitarios y un acompañamiento a las personas mayores que favorezca la permanencia en su entorno, evitando situaciones de soledad y aislamiento

    ¿EN QUÉ CONSISTE?

    La persona mayor ofrece alojamiento al joven universitario en su domicilio y es ayudada por éste en gestiones y otros apoyos, además de contar con su compañía.
    El estudiante dispone de un alojamiento adecuado con espacio propio, debiendo colaborar con la persona mayor en las tareas que decidan entre ambos. No debe pagar alquiler, aunque está obligado a correr con los gastos de todo cuanto consuma dentro de la convivencia.
    Previo al inicio de la convivencia, ambos concretan las condiciones necesarias (Acuerdo regulador). Se requiere común acuerdo en horario de salidas del estudiante, visitas, vacaciones, etc. Han de comprometerse a cumplir los compromisos que se acuerden sobre el régimen de convivencia, aceptando las condiciones del programa que se establece.
    Los interesados en participar en el programa deben cumplir una serie de requisitos y superar un proceso de selección para valorar su idoneidad.

    UNIDAD DE VOLUNTARIADO
    Facilita información sobre el funcionamiento y formas de acceder al Programa del Servicio Voluntario Europeo.
    - El SAS es el intermediario entre el voluntario y las organizaciones de acogida.
    - El SAS es organización de acogida a jóvenes europeos. La referencia del proyecto es 0-ES-231.
    Horario: Lunes a Viernes de 10 a 13 horas

    Con esta información terminamos esta interesante tertulia. Muchas gracias Encarna por tu colaboración y por tu lucha en defensa de las igualdades.

 

    El próximo martes, día 23, tendremos con nosotros a D. EUGENIO SANTOS, Director del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, quien nos hablará de la investigación sobre el cáncer.

 


 

    DÍA 23 DE ENERO

    D. EUGENIO SANTOS (Director del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca)

    TEMA: LA INVESTIGACIÓN DEL CÁNCER

    Eugenio Santos es natural de Salamanca, dato este a resaltar, porque es bueno que reconozcamos la valía de las gentes de Salamanca, que tan aficionados somos a echar por tierra y a valorar lo de fuera y a los de fuera más que lo propio.

    No voy a extenderme demasiado en su presentación, porque conociéndole, se que no es muy amigo de halagos y tampoco quiero abochornarle con tantos y tantos méritos como tiene.

    Pero sí citaré alguno:

   Licenciado en Ciencias Biológicas. Facultad de Ciencias. Universidad de Salamanca.
    Doctor en Ciencias. Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca.
   Se trasladó a EE.UU, hace ahora casi treinta años, donde trabajó durante más de 20 años en el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, el centro más importante del mundo en esa especialidad y del que llegó a ser investigador principal.
    En 1999, a pesar de los consejos de Severo Ochoa, regresa a Salamanca para promover y crear el Centro de Investigación del Cáncer, del que es Director. En el que por cierto, cuando se hizo cargo, cobraba menos de la mitad de lo que cobraba en EE.UU.
    Ha obtenido gran cantidad de premios y reconocimientos científicos.
    Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas. Artículos que ha sido y son citados en trabajos científicos de todo el mundo.
    Conferenciante invitado y organizador de múltiples Simposios y Congresos nacionales e internacionales de investigación biomédica.
    Cuando solamente tenía 28-30 años, Clonó y caracterizó el primer oncogén humano (T24 de bladder carcinoma, ahora llamado H-ras)
    Demostró por primera vez en humanos la presencia de un oncogén activo en tejido tumoral, pero no tejido normal de un paciente.
    Ha formado más de una veintena de investigadores postdoctorales, bastantes de ellos procedentes de la Universidad de Salamanca
    A principios de los años 80, cuando la comunidad científica simplemente especulaba con la posibilidad de que el cáncer tuviera un origen genético, Eugenio Santos y Mariano Barbacid descubrieron el primer oncogen humano. Su hallazgo revolucionó el mundo de la medicina y la biología molecular. Años más tarde concedieron el Premio Nobel por el descubrimiento de oncogenes en retrovirus a dos estadounidenses, Varmous y Bishops, y a los españoles, cuyo hallazgo tuvo y ha tenido más trascendencia, los olvidaron. Es muy probable que si nuestro invitado hubiera tenido pasaporte estadounidense, se le hubiera otorgado el Premio Nóbel. También es cierto que si eso hubiera sido así, ahora no estaría aquí, con nosotros, por tanto será mejor dejarlo como está, y lo del Nóbel, aún puede llegar, porque el Premio Nóbel por oncogenes humanos aún no lo han otorgado y sería muy bonito que un investigador salmantino, trabajando en un centro de investigación de Salamanca lo obtuviera.
    Mantuvo una muy buena relación personal con Severo Ochoa, como un nieto con su abuelo, quien le puso el mote de “Gen”. Este le aconsejó que no regresara a España, ya que a él no le había ido muy bien.
    Pero si Eugenio es brillante como investigador, es mucho más brillante como persona. No le gustan los personalismos, nunca se concede el mérito, gran trabajador en equipo, todo lo que se consigue es del equipo.
    No le gusta el sistema de trabajo “funcionarial”. Sobre este tema, en una entrevista que le hizo el diario El Mundo en el año 2000, a la pregunta de cómo resolver el problema funcionarial que existe en España, Eugenio contestó: “Usted obtiene un contrato, muy bien retribuido, en función de su valía, por 5 ó 10 años. Trascurrido ese tiempo se le evalúa y si no es competitivo, su plaza es ocupada por otro que sí lo sea. La Ciencia no es caritativa: tienen que estar los mejores.”
    Si al trabajo funcionarial le sumamos que en España hemos sido poco amigos del trabajo en equipo (siempre nos han gustado más las grandes individualidades) y el poco dinero que se ha destinado a labores de investigación, obtenemos algunas de las claves por las que la investigación en nuestro país, no ha sido todo lo brillante que cabría espera, dada la plantilla de científicos que en España han sido y son.
    Tal vez estas cuestiones, y otras relacionadas con esto, salgan a debate durante la tertulia, pero de lo que nos va a hablar Eugenio, no es de la investigación en general, sino de: LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL CÁNCER.

    Eugenio empezó diciendo que en contra de lo que se cree, el cáncer ha existido desde siempre, ya en las momias egipcias se ha podido observar que las personas de aquella época lo padecían.

    Explicó de una forma razonablemente sencilla y entendible, dado la complejidad del tema y la cantidad de datos, nombres científicos y técnicos que son necesarios utilizar para explicar las diferentes etapas por las que el cáncer pasa hasta llegar a la fase final. Etapas que se suceden a lo largo de muchos años (20-30), hasta que llega a la fase en la que se detecta, que en muchas ocasiones ya poco o nada se puede hacer.

    Una de las prioridades de la investigación del cáncer es, precisamente, poder saber su origen y poner los medios necesarios para que esa evolución se detenga y no llegue a esa fase final.

    Como tomar notas para confeccionar el resumen (ampliación) de la tertulia en este caso me ha sido especialmente difícil, ha continuación reproduzco el articulo que Eugenio me ha enviado y que se ciñe bastante bien a lo que en la tertulia se habló.

    Tal vez sea un poco extenso, pero de esta manera toda persona que esté interesada en el tema podrá informarse bastante bien, no tan sólo por su extensión, sino por la autoridad de la persona que lo firma.

BIOLOGÍA MOLECULAR DEL CÁNCER:
DEL LABORATORIO A LA CLÍNICA


TABLA DE CONTENIDOS

Sinopsis
Las bases moleculares del cáncer: Hitos históricos
Biología molecular y cáncer: El paradigma genético
Los genes implicados en procesos tumorales
        Oncogenes retrovirales y celulares. El concepto de protooncogén
        El descubrimiento de los oncogenes humanos. Las técnicas de transfección
        Genes supresores de tumores
        El desarrollo tumoral: acumulación de mutaciones y selección clonal
Función de los productos de genes tumorales: Transducción de señales
        Cascadas de señalización: Rutas y redes
        El cáncer como resultado de alteraciones de señalización celular
Aplicaciones de la Biología Molecular al diagnóstico, pronóstico y tratamiento del cáncer
        Evaluación del riesgo genético. Identificación de individuos con predisposición tumoral hereditaria
        Mejoras diagnósticas. Papel de oncogenes y genes supresores de tumores en diagnóstico molecular del cáncer
        Nuevos tratamientos. Estrategias terapéuticas derivadas de la Biología Molecular
                Aproximaciones farmacológicas
                Aproximaciones inmunológicas
                Aproximaciones de terapia génica
 Perspectivas para el futuro
                                                            *****************************************

SINOPSIS

    Gracias a la biología molecular, durante el último cuarto de siglo se ha establecido y aceptado universalmente el paradigma genético del cáncer –que los tumores surgen como consecuencia de la acumulación de mutaciones en genes que controlan la proliferación, diferenciación o muerte celular. Dependiendo de la función de sus proteínas producto y de la naturaleza de las alteraciones genéticas sufridas, los genes implicados en procesos tumorales pueden agruparse en dos grupos fundamentales: oncogenes y genes supresores de tumores. Puesto que los productos codificados por protooncogenes ejercen efectos de control positivo sobre la proliferación celular, su mutación oncogénica en tumores les confiere un carácter dominante desde el punto de vista genético. Es precisamente este carácter dominante de los oncogenes identificados lo que nos facilitó su detección mediante técnicas de transfección al principio de los años 80. Los productos de genes supresores de tumores ejercen un papel regulador negativo sobre los procesos de proliferación celular, lo que determina que su mutación en procesos tumorales les confiera un carácter recesivo. Esta recesividad hizo más difícil su identificación desde el punto de vista técnico, lo que explica el desfase temporal en su caracterización respecto a los oncogenes dominantes.

    El análisis bioquímico y funcional de los productos de los varios genes tumorales indica que éstos juegan papeles fundamentales en procesos de transducción de señales implicadas en control de la proliferación, diferenciación o muerte celular. Estos estudios han esclarecido cómo la progresión normal del ciclo celular es el resultado de una interacción cuidadosamente balanceada entre múltiples reguladores codificados por protooncogenes y genes supresores. No es sorprendente, por tanto, que cualquier alteración funcional a nivel de uno de estos múltiples reguladores produzca un ciclo celular alterado que finalmente desemboca en la progresión neoplásica. Esta simplificación conceptual ha permitido definir al cáncer, a nivel molecular, como una “enfermedad genética del ciclo celular”. También permite empezar a entender la naturaleza multifásica del cáncer, un proceso de múltiples etapas que requiere la acumulación de sucesivos eventos de mutación somática (oncogenes, genes supresores, genes de susceptibilidad) y de selección clonal que producen variantes en la descendencia celular con propiedades de crecimiento cada vez más agresivas. Los importantes avances recientes en la identificación de las alteraciones genéticas y moleculares de las células tumorales humanas están empezando a ser utilizados actualmente con éxito para su aplicación a nivel clínico. Así, por ejemplo, secuencias específicas de ácidos nucleicos están siendo utilizadas con gran precisión como marcadores de progresión tumoral en situaciones clínicas variadas. Igualmente, la gran cantidad de información acumulada recientemente sobre el genoma humano y de organismos modelos está empezando a ser utilizada, por medio de aproximaciones genéticas tradicionales, para el diseño y caracterización de drogas antitumorales.

    Finalmente, tecnologías recientes tales como la microdisección por láser y los diversos tipos de “microarrays” de ácidos nucleicos o de proteínas utilizados en Genómica y Proteómica ofrecen esperanzas significativas de completar en un futuro próximo la identificación de las “firmas moleculares” de los diferentes tipos de tumores y/o estadíos de los mismos.

LAS BASES MOLECULARES DEL CÁNCER: HITOS HISTÓRICOS

    La investigación biológica básica sobre cáncer se remonta a los comienzos del siglo XX, cuando en 1911 Francis Peyton Rous descubrió un virus causante de sarcomas en aves. Sin embargo, debido principalmente a limitaciones conceptuales y tecnológicas, solamente durante el último cuarto de siglo se han empezado a producir avances significativos en el esclarecimiento de los mecanismos moleculares que rigen los procesos cancerosos. Motor principal de estos avances, que han permitido empezar a desentrañar las bases moleculares del cáncer, han sido los progresos conceptuales y metodológicos derivados de la revolución de la Biología Molecular producida durante los últimos treinta años, particularmente a partir de la década de los años 70.


    La Figura 1 describe algunos de los hitos que se han ido produciendo en este largo camino. Así, la aplicación inicial, durante la década de los setenta, de nuevos desarrollos en el campo de la biología molecular y la ingeniería genética permitió el aislamiento y la caracterización de los oncogenes retrovirales. Las bases científicas establecidas en los años 70 permitieron que después, durante los años ochenta, y gracias a la Biología Molecular, se produjeran los espectaculares descubrimientos que supusieron la identificación de los oncogenes y genes supresores humanos y se llevara a cabo su aislamiento y clonación molecular. Durante la década de los noventa los esfuerzos se concentraron en el análisis funcional de los productos de los diversos genes tumorales identificados y se produjeron grandes avances en el estudio de la transducción de señales, en el ciclo celular y en el descubrimiento de los genes de susceptibilidad.
    Finalmente, en los últimos años, la Biología Molecular ha alcanzado cotas insospechadas con el desarrollo de la genómica y proteómica. Estas nuevas técnicas permiten analizar el genoma completo de una sola vez y ver patrones de variación de grupos de genes concretos en las células tumorales. Estas tecnologías están ampliando enormemente nuestros conocimientos sobre los mecanismos que controlan la vida y muerte de las células, lo que nos ayuda a entender mucho más en detalle lo que ocurre dentro de una célula cancerosa. Aún queda mucho por conocer, pero la información obtenida ya ha permitido el diseño de nuevos fármacos dirigidos contra algunas de las moléculas que se encuentran alteradas en algunos tipos de tumores malignos o realizar la caracterización de alteraciones moleculares —la firma molecular— de las varias formas o estadios tumorales concretos. En las siguientes páginas haremos un breve recorrido por los genes que se encuentran más frecuentemente alterados en los tumores humanos y analizaremos someramente los mecanismos por los que sus productos contribuyen a los procesos que transforman una célula normal en cancerosa.

BIOLOGÍA MOLECULAR Y CÁNCER: EL PARADIGMA GENÉTICO

    Está claro que, cualquiera que sea la causa inicial, para que una célula normal se convierta en cancerosa y transmita a sus descendientes las características tumorales, el cambio tiene que estar marcado de algún modo en su material genético. Esto implica que, si bien los agentes desencadenantes de cáncer pueden ser múltiples, todos ellos actúan sobre un sustrato genético común dentro de la célula. En otras palabras, el material genético (moléculas de ácidos nucleicos) es el blanco central de la carcinogénesis. Las nuevas técnicas de bioingeniería nos han permitido, en los últimos años, analizar los componentes del sustrato genético celular que son alterados en los procesos cancerosos. Posiblemente el resultado más espectacular de este análisis ha sido el descubrimiento de una serie de genes implicados en procesos tumorales, los oncogenes. Con este descubrimiento fundamental el cáncer ya no se presenta como una colección de patologías diferentes, vagamente relacionadas entre si. Por el contrario, el estudio de los oncogenes y el desarrollo de nuevos conceptos relacionados con ellos nos permiten hoy por hoy empezar a vislumbrar ya los mecanismos moleculares íntimos que son comunes a todos los procesos tumorales.
    Llegar al grado de conocimiento actual de los procesos tumorales, que llevan a que una célula normal llegue a comportarse como un auténtico patógeno para el organismo del que procede, ha sido un proceso lento que ha implicado (a) la confluencia de muchasáreas separadas, -de hecho independientes hasta épocas muy recientes-, de investigación biomédica y (b) el uso de la Biología Molecular como instrumento analítico esencial que ha permeado a todas esas distintas áreas.

 El descubrimiento de los oncogenes humanos, realizado a comienzos de los años ochenta en tres laboratorios independientes (uno de ellos el nuestro en el NCI de EE.UU.) tuvo un tremendo impacto teórico y actuó como un revulsivo en todas las áreas de investigación básica relacionadas con el cáncer. No solamente cientos de laboratorios en todo el mundo se sumaron a los tres laboratorios pioneros en la investigación sobre oncogenes, sino que las nuevas ideas y aproximaciones experimentales surgidas de estos estudios sirvieron para fertilizar muchas otras áreas de investigación no relacionadas previamente. Como consecuencia de esta explosión de estudios relacionados, observaciones experimentales procedentes de áreas muy distintas y separadas de investigación biomédica, han venido a unificarse dentro de un único contexto teórico definido por los oncogenes y genes supresores. Esta integración de distintas áreas de investigación oncológica nos permite ya hoy en día crear una teoría de los oncogenes con la que podemos explicar muchos de los mecanismos moleculares íntimos de los procesos cancerosos. Hay que mencionar también que el análisis del complejísimo problema del cáncer en humanos a nivel molecular solo pudo ser atacado en su inicio mediante la simplificación conceptual y metodológica aportada por la utilización de modelos biológicos sencillos (retrovirus, levaduras, Drosophila, C. elegans, Xenopus, cultivos celulares, etc.) que facilitaron el estudio de las células cancerosas y de los mecanismos de control en células normales. Durante los últimos treinta años la Biología Molecular ha sido el instrumento analítico esencial de esos modelos sencillos que ha llevado a que el paradigma genético del cáncer —que los tumores surgen como consecuencia de la acumulación de mutaciones en genes que controlan la proliferación, diferenciación o muerte celular—esté ya universalmente aceptado.

    Este paradigma genético (Figura 2) indica que, dependiendo de la función de sus proteínas producto y de la naturaleza de las alteraciones genéticas sufridas, los genes implicados en procesos tumorales pueden agruparse en dos grupos fundamentales:oncogenes y genes supresores de tumores. Puesto que los productos codificados por protooncogenes ejercen efectos de control positivo sobre la proliferación celular, su mutación oncogénica en tumores les confiere un carácter dominante desde el punto de vista genético. Es precisamente este carácter dominante de los oncogenes identificados lo que facilitó su detección mediante técnicas de transfección al principio de los años 80. Los productos de genes supresores de tumores ejercen una función reguladora negativa sobre los procesos de proliferación celular, lo que determina que su mutación en procesos tumorales les confiera un carácter recesivo. Esta recesividad hizo más difícil desde el punto de vista técnico su identificación y caracterización, lo que explica el retraso temporal en su caracterización respecto a los oncogenes dominantes.

    Haciendo una similitud automovilística, los protooncogenes se pueden equiparar al acelerador de la proliferación celular, mientras que los genes supresores de tumores constituirían los frenos del mismo proceso de proliferación. Una única copia mutada del gen acelerador dominante es capaz de producir el fenotipo tumoral. Por el contrario, se necesita mutación en las dos copias del gen recesivo de freno para que se pueda observar el fenotipo tumoral. Esta clarificación conceptual del cáncer como resultado de alteraciones del ADN celular es lo que ha llevado a algunos a definir al cáncer como una enfermedad genética del ciclo celular, en la que mutaciones en el material genético hacen que se activen genes dominantes (oncogenes) o se inactiven genes recesivos (supresores) que ejercen una función reguladora del ciclo celular normal.

    LOS GENES IMPLICADOS EN PROCESOS TUMORALES

    Para garantizar el correcto funcionamiento del organismo, las células de tejidos eucarióticos están sometidas a estrictos controles de sus ciclos de proliferación, diferenciación o muerte programada, ajustándose a las necesidades del organismo global. Los procesos tumorales suponen la ruptura del sometimiento de la célula individual a las exigencias del tejido u organismo global que las acoge mediante la adquisición de una capacidad constitutiva de proliferación incontrolada. Esta activación se puede producir por medio de mutaciones dominantes en genes proliferativos (oncogenes) o mediante mutaciones recesivas en genes antiproliferativos (genes supresores). Asímismo, se han encontrado mutaciones en otro grupo de genes — denominados genes de susceptibilidad—, que no afectan a la proliferación celular directamente pero que favorecen una mayor tasa de mutación y la posibilidad de que se active algún protooncogén o inactive algún gen supresor.

    Oncogenes retrovirales y celulares. El concepto de protooncogén

 La primera gran evidencia sobre el potencial cancerígeno de algunos genes la proporcionaron los estudios de las enfermedades malignas causadas por retrovirus animales en modelos de laboratorio. Mientras que la mayoría de los virus animales infectan las células y, tras multiplicarse en ellas, las destruyen, existen virus capaces de perpetuarse en las células hospedadoras mediante la inserción de sus genomas en los cromosomas celulares. Este es el caso de los retrovirus, cuyo genoma está constituido por ARN, que es utilizado como molde por la enzima transcriptasa reversa para la síntesis de las moléculas de DNA que se insertan después en el genoma celular. El genoma viral puede convivir de forma latente con el genoma de la célula o bien puede expresarse (o dirigir la expresión inadecuada de genes celulares), lo que conlleva la transformación maligna de la célula hospedadora. Este fenómeno, de tipo agudo, contrasta claramente con los procesos tumorales que ocurren en la naturaleza, que requieren una serie de alteraciones sucesivas en distintos genes, un proceso que, por lo general, requiere varios años.

    La gran ventaja de los retrovirus como modelo biológico es que el reducido tamaño de su genoma hizo más fácil asignar mutaciones puntuales a genes específicos. En concreto, la observación de que algunas de estas mutaciones eliminaban la capacidad de los virus de causar cáncer permitió identificar los primeros genes responsables de la transformación maligna, genes específicos que formaban parte del genoma del virus y a los que se dio el nombre de oncogenes. Sorprendentemente, una pequeña porción de información genética podía decidir el comportamiento de un ente genéticamente complejo como es la célula hospedadora.

    El aislamiento del primer oncogén viral se produjo en la década de los setenta a partir del virus del sarcoma de Rous, cuando se observó que diferencias en la longitud de su genoma eran críticas para que las aves infectadas desarrollaran sarcomas, asociándose así dichas diferencias a la presencia de información responsable de la capacidad tumoral del virus. Posteriormente, usando mutantes del virus sensibles a la temperatura, se demostró que las diferencias en capacidad transformante se debían a mutaciones en un solo gen, ya que combinaciones de distintos mutantes eran incapaces de complementarse. El primer oncogén, aislado mediante estos experimentos, fue denominado src. Al descubrimiento y caracterización de src siguió, durante la década de los setenta, una larga lista de otros oncogenes virales presentes en diversas estirpes retrovirales capaces de infectar aves, roedores o felinos.

    El descubrimiento de c-src demostró que algunos genes celulares tienen la capacidad de transformar una célula normal en tumoral bajo determinadas circunstancias (por ejemplo cuando sufren mutaciones o se expresan a partir de promotores virales). A semejanza de estos estudios, se elaboró una larga lista de oncogenes retrovirales y sus homologos celulares en otras estirpes de retrovirus y se forjó el concepto de los protooncogenes como genes que cumplen funciones normales en la célula pero que adquieren potencial carcinogénico al caer bajo el control de los elementos reguladores de la expresión génica presentes en el genoma de retrovirus.

    Hay que enfatizar, sin embargo, que la mayoría de los oncogenes de tipo retrovírico únicamente tienen capacidad transformante “in vitro” o en modelos animales de laboratorio. Sin embargo, está claro que el cáncer humano no es una enfermedad contagiosa, ni presenta los atributos de una enfermedad microbiana. Tampoco se ha detectado —salvo en muy raras excepciones, como es el caso del virus HTLV relacionado con leucemias de células T de adultos s en zonas de Japón y del Caribe — una asociación de procesos tumorales humanos con la presencia de retrovirus, por lo que se concluía que los retrovirus poco o nada tienen que ver con el desarrollo de la mayoría de los procesos tumorales humanos.

    El descubrimiento de los oncogenes humanos. Las técnicas de transfección.

     A pesar del avance conceptual que supuso el estudio de los retrovirus en el conocimiento de las bases genéticas del cáncer, a finales de los años 70 existía un sentimiento de decepción entre la comunidad científica que buscaba las causas íntimas del cáncer en humanos, ya que realmente estos virus únicamente inducen tumores en modelos animales y muy raramente lo hacen en la naturaleza.

    En este contexto, al principio de los 80 existía una pregunta en la mente de muchos científicos sobre la posibilidad de que existieran otros genes humanos, distintos de los oncogenes retrovirales, pero que por mecanismos similares a los vistos en retrovirus tuvieran la potencialidad de inducir el desarrollo tumoral en humanos.

    Esta pregunta solamente pudo ser respondida al principio de la década de los ochenta gracias al advenimiento de las técnicas de transfección genética, que permitían introducir ADN exógeno dentro de una célula y hacerlo comportarse como el ADN endógeno. Mediante experimentos de transferencia genética, los grupos de Weinberg, Cooper y el nuestro en el National Cancer Institute logramos la identificación y el aislamiento del primer oncogén humano a partir de las células T24 de cáncer de vejiga humana. Nuestro análisis posterior del gen clonado permitió determinar que este gen era un homólogo celular del oncogén H-ras, identificado previamente en el virus del sarcoma de Harvey en ratas. Estos descubrimientos seminales, producidos en 1981 y 1982, permitieron el aislamiento del primer oncogén humano y dieron inicio a la caza —por nuestros propios laboratorios y muchos laboratorios de todo el mundo— de la larga lista de genes, pertenecientes a la familia Ras y a otras muchas familias de oncogenes celulares, que hoy son conocidos como responsables de procesos tumorales en humanos. Por lo que se refiere a los oncogenes ras, durante los años 82 y 83 nuestro grupo del NCI, junto con los de Weinberg y Wigler, llegamos a la conclusión, tras compararlos con sus homólogos celulares normales, de que la activación de los oncogenes ras se debía a mutaciones puntuales únicas. Posteriormente, en 1984, nuestro grupo llevó a cabo la primera demostración en humanos de la presencia de oncogenes ras activados en tejido tumoral, pero no en tejidos normales, de un paciente de cáncer de pulmón.

  

 La Figura 3 muestra el proceso de identificación y aislamiento de oncogenes mediante ensayos de transfección. El ADN extraído a partir de un tumor humano se emplea para transfectar, mediante el método del fosfato cálcico, un cultivo de una línea de fibroblastos normales de ratón, clásicamente denominada NIH 3T3. Tras varios días de crecimiento en la placa aparecen colonias de células transformadas, de las cuales se aisla ADN que se emplea para un segundo ciclo de transfecciones. Alternativamente las células transfectadas pueden ser empleadas para inyectar a ratones immunológicamente deprimidos (nu/nu, “desnudos”) , algunos de los cuales desarrollarán tumores. A partir de los focos transformados o de los tumores así producidos, se aisla ADN que se vuelve a utilizar en un nuevo ciclo de transfección. Tras varios ciclos de transfección se puede aislar un fragmento de ADN humano, identificado sobre el background de ADN de ratón por su capacidad de hibridar (técnica de Southern) con un fragmento de secuencias repetitivas Alu, único al ADN genómico humano.

    Por diversas variaciones de las técnicas de transfección muchos laboratorios de todo el mundo han llevado a cabo la identificación y clonación, durante la década de los 80, de una larga lista de oncogenes dominantes, identificados en prácticamente todas las formas de tumores humanos. La Tabla 1 recoge algunos ejemplos de distintas familias de oncogenes dominantes identificados en distintas formas tumorales humanas, junto con las funciones que realizan sus correspondientes protooncogenes celulares. En la inmensa mayoría de los tumores malignos ensayados se ha podido detectar la presencia de uno o más de este tipo de oncogenes, lo que subraya la importancia de los mismos en el proceso de transformación tumoral.

Genes supresores de tumores

A diferencia de los proto-oncogenes descritos anteriormente, en los que la alteración de uno solo de sus alelos es suficiente para producir la activación oncogénica (de ahí el calificativo de “dominantes”), existe un segundo tipo de genes involucrados en cáncer en los que es necesaria la inactivación de sus dos copias genómicas para que se manifieste un fenotipo tumoral.

    La primera noción de la posible existencia en células eucariótas de genes capaces de suprimir el crecimiento tumoral se obtuvo en 1969 al observarse que, tras las fusión de células cancerosas con células normales, los híbridos celulares resultantes perdían las propiedades tumorales. De ello se dedujo que las células normales debían poseer factores de control, que estaban ausentes en las células malignas, y que, por revertir el fenotipo tumoral de estos híbridos, fueron bautizados como supresores de tumores. El aislamiento del primero de estos supresores se realizó durante la segunda mitad de la década de los 80 a partir del retinoblastoma, un tumor ocular infantil. Muchos años antes, Alfred Knudson, estudiando la historia natural y frecuencia de esta enfermedad, propuso que ésta se producía por la presencia de un primer “hit”, transmitido a través de la línea germinal y que una posterior alteración somática —segundo “hit”— sería la responsable del desarrollo final de la enfermedad.

    El análisis genético y molecular llevado a cabo en los años 80 ha confirmado totalmente la hipótesis de los dos “hits” de Knudson, al identificar esos hits con mutaciones inactivantes en un gen supresor de tumores denominado Rb. El análisis citogenético de pacientes con esta patología permitió observar deleciones en el cromosoma 13 de estos pacientes y análisis posteriores confirmaron la hipótesis de Knudson, demostrando la necesidad de la mutación o pérdida de ambos alelos del gen del retinoblastoma en las dos copias de dicho cromosoma para que la enfermedad se desarrolle. El aislamiento del gen del retinoblastoma, llevado a cabo en 1986 por los grupos de Robert Weinberg, Wen-Hwa Lee y William Benedict, permitió estudiar su función en células normales, en las que es un regulador de la progresión del ciclo celular. Con estos estudios se demostró la existencia de genes cuya inactivación es suficiente para el desarrollo tumoral.

    Rb es solamente el primer representante de una larga lista de supresores tumorales identificados posteriormente en muchos laboratorios de distintos países. Muchos de estos genes están asociados a tipos poco frecuentes de cáncer, con carácter hereditario, (Tabla 2), en los que las células de la línea germinal transmiten una copia mutada del gen, condicionando que la posibilidad de que ambas copias resulten inactivadas por mutación en adultos sea mucho más elevada. Este tipo de tumores hereditarios incluyen entre otros: el retinoblastoma (rb-1), el tumor de Wilms (wt-1), la poliposis adenomatosa familiar (apc) o la enfermedad de Von Hippel-Lindau (VHL). Otros genes supresores han sido aislados a partir de tumores esporádicos de adultos en los que se ha visto que sufren deleciones o mutaciones somáticas, aunque en este caso su inactivación no suele constituir la causa primaria del tumor, sino que surgen como consecuencia de la acumulación de mutaciones tras la activación del crecimiento descontrolado por un oncogén. Algunos genes supresores representantes de este tipo son: p53, ink-4 o cdh-1 (cadherina E). La función de las proteínas productos de estos genes es muy variada, pudiendo actuar en regulación de la progresión del ciclo celular, control de la transmisión de señales, inducción de apoptosis, modulación de la transcripción o promoción de la adhesión celular.

    El desarrollo tumoral: acumulación de mutaciones y selección clonal

    La observación clínica indica que el desarrollo de los tumores es ordinariamente un proceso lento. Esto implica que la progresión tumoral requiera frecuentemente el paso de muchos años, por lo que el cáncer es considerado, en general, como una enfermedad de la edad adulta.

    En consistencia con ello, los estudios de muchos laboratorios durante los últimos 25 años han demostrado que, desde el punto de vista molecular, el cáncer es un proceso de múltiples etapas que requiere varios eventos de mutación somática y de selección clonal que producen a lo largo del tiempo variantes en la descendencia celular con propiedades de crecimiento cada vez más agresivas.

    El análisis genético ha demostrado que el cáncer es un proceso secuencial que implica la acumulación de sucesivas mutaciones en uno o varios genes de distintos tipos (oncogenes, genes supresores, genes de susceptibilidad) y la subsiguiente selección clonal de las células portadoras de las mismas, que conduce a que estas células alteren su comportamiento incrementando su capacidad proliferativa y de invasión, y llegando eventualmente a causar la muerte del organismo del que proceden (Figura 4).

    El proceso que conduce al desarrollo de un tumor maligno comienza en todos los casos con una mutación individual en una sola célula del organismo. Esa mutación inicial contribuye a incrementar la tasa de crecimiento de la célula portadora respecto a las adyacentes, favoreciendo la aparición y selección de un nuevo clon de células con una más elevada capacidad de división (Figura 4). Esta característica -denominada clonalidad, indica que todas las células cancerosas se derivan normalmente de aquella célula primigenia mutada. Por otra parte, como consecuencia de su mayor velocidad de división, la tasa de mutación de las células portadoras comienza a ser superior a la de las células normales, provocando así la aparición y acumulación de una serie sucesiva de nuevas mutaciones en su descendencia. La mayoría de dichos cambios genéticos son normalmente deletéreos y provocan la muerte de la célula. Sin embargo, estocásticamente, alguna de las mutaciones son capaces de mantener la viabilidad celular y además de conferir a la célula una mayor velocidad proliferativa, por lo que sus descendientes acabarán siendo mayoritarias en el tumor, dando así lugar a un segundo suceso de clonalidad. Este es un proceso que se puede repetir numerosas veces, obteniéndose en cada paso clones celulares con mayor capacidad de división y cuyos procesos de control internos están más alterados. Esto es suficiente para llegar a causar la muerte del paciente en el caso del cánceres hematológicos; sin embargo los tumores sólidos requieren de un proceso invasivo posterior para llegar a ser mortales.

    En concreto, esta mecánica de clonalidad y diseminación determina que en tumores sólidos haya dos etapas bien diferenciadas. La primera puede durar años y comprende desde la mutación inicial hasta que se inicia la neovascularización (angiogénesis); la segunda etapa, mucho más rápida, va desde dicha vascularización hasta las etapas metastáticas finales de desarrollo del proceso tumoral.

    FUNCIÓN DE LOS PRODUCTOS DE GENES TUMORALES. TRANSDUCCIÓN DE SEÑALES

    Como se ha mencionado, las células tumorales se caracterizan por procesos de proliferación incontrolada, con una velocidad de división generalmente más rápida que la de las células normales de que proceden. Esta es una característica propia de células poco diferenciadas, consistente con la observación experimental de que los procesos diferenciativos están anulados o reducidos significativamente en las células tumorales.

    Otros mecanismos celulares afectados negativamente en células cancerosas, y por ello responsables también del fenotipo tumoral, incluyen defectos en el control del ciclo celular y de la capacidad de las células de llevar a cabo el denominado suicidio celular programado, o apoptosis.

    La caracterización bioquímica y funcional de las proteínas producto de oncogenes y genes supresores y de susceptibilidad, llevada a cabo por múltiples laboratorios durante los últimos 20 años, ha permitido constatar que su potencial tumorogénico se basa en que todas ellas codifican para los componentes celulares que gobiernan las rutas de señalización celular, cuya desregulación a cualquier nivel puede provocar una proliferación descontrolada y, eventualmente, el desarrollo tumoral. Las proteínas implicadas en oncogénesis participan en numerosas funciones celulares distintas, localizadas en una gran diversidad de compartimentos subcelulares, lo que indica que pueden participar en el control del crecimiento celular a distintos niveles o puntos de las rutas de señalización (Figura 5). Así, muchas de estas oncoproteínas son versiones alteradas de factores de crecimiento o de sus receptores, lo que implica que la regulación del comportamiento celular se realiza ya desde las etapas más tempranas de los procesos de señalización. El hecho de que un gran número de estas proteínas sean proteína quinasas enfatiza la importancia de los procesos de fosforilación en la regulación de la función proteica y el control de la proliferación celular. Además, muchas de las proteínas implicadas en el control del crecimiento celular están relacionadas entre sí en secuencia y función, ya que están codificadas por miembros de la misma familia de genes con un origen evolutivo común y pueden ser parcialmente redundantes en sus funciones. Por último, un gran número de oncoproteínas son nucleares y participan en eventos más tardíos de la regulación génica como son los procesos de control transcripcional, lo que pone de manifiesto que el comportamiento de la célula es un proceso altamente controlado.


 

Cascadas y redes de señalización celular : rutas y redes.

    Las células de organismos pluricelulares están en permanente intercomunicación a través de señales de todo tipo (hormonas, citocinas, factores de crecimiento, pequeños péptidos, etc.) que regulan la proliferación, diferenciación, el metabolismo, el comportamiento celular, e incluso la muerte celular programada (apoptosis). Cuando estas señales llegan a las células diana, interaccionan con sus respectivos receptores y se produce la activación de rutas específicas de transducción de señales. Seguidamente, las señales son transmitidas hacia el interior de la célula, hasta los puntos en que se regula el metabolismo, la transcripción y traducción de genes, etc, para generar la respuesta adecuada. Cada señal extracelular es transducida a través de múltiples rutas, o cascadas de señalización, en las que intervienen numerosas proteínas que ganan y/o pierden su actividad biológica mediante diversas modificaciones tales como fosforilación, desfosforilación y translocación intracelular. Los estudios del Proyecto del Genoma Humano han revelado que, de los aproximadamente 32.000 genes identificados, un 20% codifican proteínas involucradas en los procesos de transducción de señales, incluyendo receptores tirosina quinasa, subunidades de proteínas G y enzimas generadores de señales. Tal magnitud nos indica que las células han diseñado un complejo entramado de vías de señalización, en el que diversas rutas pueden ser activadas por distintas hormonas en un mismo contexto celular. Por tanto, las distintas respuestas celulares dependerán en gran medida del conjunto de rutas, iguales o distintas, presentes en las células diana, que cada señal extracelular sea capaz de estimular.

    Entre las distintas cascadas de señalización celular, la mejor estudiada es la denominada ruta Ras-MAPK, que implica, comúnmente, una serie de kinasas citosólicas activadas por agentes mitogénicos y sus receptores específicos de superficie. El esfuerzo conjunto de muchos laboratorios, incluido el nuestro, permitió que, en 1994, ésta fuera la primera ruta de señalización cuyos componentes fueron identificados en su totalidad, desde la superficie celular hasta el núcleo (Figura 5).

    Posteriormente, el estudio reciente de multitud de otras rutas de señalización ha permitido ir conociendo más detalles sobre los mecanismos de señalización intracelular, y comprobar que las distintas rutas no actúan de modo independiente sino que están a su vez interrelacionadas entre sí formando redes complejas de señalización intracelular (Figura 5). Desde el punto de vista global de la célula se tiende actualmente a hablar más de redes que de rutas de señalización. En estas redes están integradas numerosas proteínas señalizadoras distintas, responsables de la regulación de los diversos procesos celulares, siendo precisamente el balance entre las señales positivas y negativas de la red de señales lo que va a determinar la naturaleza de las respuestas celulares elicitadas (que pueden variar desde división a diferenciación o apoptosis, etc). La regulación de los procesos de señalización se puede dar a distintos niveles. La existencia de redes de señalización intracelular ofrece, por tanto, grandes posibilidades de modulación de las respuestas celulares en base a la regulación cualitativa, cuantitativa o temporal de los diversos componentes de la red en cada tipo celular. Por ejemplo, en una célula quiescente, pequeñas variaciones en los niveles locales de un factor de crecimiento puede hacer que la balanza de señales resultantes incline a la célula hacia la división en vez de hacia otro tipo de respuestas.

    El cáncer como resultado de alteraciones de señalización celular

    Las últimas dos décadas han aportado un enorme esfuerzo y avance en la caracterización de los cambios genómicos asociados a cada tipo de cáncer y de las rutas de señales que resultan alteradas por dichos cambios dando lugar a las alteraciones celulares presentes en las distintas neoplasias. El crecimiento celular autónomo es una de las características comunes a todas ellas, tanto benignas como malignas. La desregulación del ciclo celular ocurre como resultado de alteraciones en la transducción de señales aunque no necesariamente supone un aumento en la proliferación celular.

    Más bien, lo que resulta importante es el balance crítico entre el crecimiento celular y la progresión en el ciclo celular (división celular) por un lado y la apoptosis por otro.

    Tanto durante el desarrollo embrionario normal como durante la vida de adulto, la señalización celular requiere estar meticulosamente coordinada e integrada en todo momento. A su vez, es fundamental que las señales de diferenciación estén adecuadamente reguladas para prevenir la oncogénesis. El dogma que establece una relación inversa entre el grado de diferenciación y proliferación celular (un tumor maligno tiende a estar más desdiferenciado que su tipo celular progenitor) confirma claramente este principio.

    Desde el punto de vista de la oncogénesis, determinada clases de proteínas y de rutas de señalización parecen ser más frecuentemente mutadas que otras. El cáncer es el resultado de una acumulación aditiva y sucesiva de mutaciones en proto-oncogenes y genes supresores de tumores que afectan al crecimiento celular, a la diferenciación y a la supervivencia. Los estudios iniciales identificaron estos genes y sus funciones como partícipes de rutas específicas de señalización, contribuyendo cada una de estas rutas al fenotipo final del cáncer (por ejemplo, la ruta de Ras dirigiría la proliferación incontrolada; la ruta de Retinoblastoma (Rb) alteraría el ciclo celular; la ruta de p53 afectaría la apoptosis, etc.). Más recientemente, a medida que vamos comprendiendo la complejidad de estas rutas, vemos que las distintas rutas se cruzan en diversos puntos concretos, de modo que no pueden considerarse rutas de señalización aisladas. De hecho, estas rutas de señalización requieren unas de otras para poder ir alcanzando los distintos pasos que conlleva la evolución del cáncer. Con todo ello, la tumorogénesis se entiende como un proceso gradual y progresivo de cambios fisiológicos (resultantes de alteraciones genéticas), de modo que en cada paso se produce una selección clonal que va dirigiendo la transformación de las células normales en altamente malignas.

    Con respecto a los mecanismos íntimos de los procesos tumorales, la conjunción del trabajo de muchos laboratorios independientes ha permitido durante la pasada década, llegar a importantes conclusiones relativas a la relación –en realidad, la identificaciónentre los productos de los diversos genes tumorales y los componentes de las distintas vías de transducción de señales celulares. El cuerpo teórico que resume el nivel de conocimiento actual sobre este tema se puede concretar en dos puntos fundamentales:

        a) Los productos de oncogenes y genes supresores son componentes de redes de señalización conservadas a lo largo de la evolución que controlan la proliferación, la diferenciación o la muerte celular.
        b) La mutación de genes en tumores ocasiona redes de señalización alteradas que eventualmente son responsables del desarrollo tumoral. Las mutaciones de oncogenes y genes supresores provocan, respectivamente, ganancia o pérdida de función en componentes de las rutas de señalización provocando así la correspondiente hiperactivación o desactivación de las resultantes señales celulares.

    APLICACIONES DE LA BIOLOGÍA MOLECULAR AL DIAGNÓSTICO, PRONÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL CÁNCER

    En los apartados anteriores hemos descrito algunos de los extraordinarios avances recientes en nuestra comprensión de los mecanismos moleculares que rigen los procesos tumorales. Entre esos destacan los mecanismos que controlan y regulan la proliferación, la diferenciación y la supervivencia de células, tanto normales como tumorales. Sin embargo, a día de hoy, hay que reconocer que esos avances han reportado todavía pocos beneficios directos al paciente de cáncer. Para una gran mayoría de tumores, el éxito terapéutico depende fundamentalmente de una detección precoz que permita aplicar, a un tumor bien localizado, aproximaciones terapéuticas curativas como la cirugía o la radioterapia. Desafortunadamente, un gran número de cánceres han metastatizado ya en el momento del diagnóstico, por lo que no puede ser curados solamente mediante cirugía o radioterapia. Es indudable que la quimioterapia ha progresado también notablemente en años recientes, y que se han encontrado combinaciones de drogas antitumorales efectivas ante distintos tipos de tumores. Sin embargo, un buen porcentaje de formas tumorales se muestran bastante refractarias a los protocolos quimioterapéuticos disponibles actualmente. Por ello, la tasa de mortalidad por cáncer no ha disminuido significativamente en los últimos años y esta enfermedad sigue hoy por hoy afectando a uno de cada cuatro adultos en el mundo occidental y segando las vidas de aproximadamente 150. 000 españoles cada año. En ese contexto, el gran desafío del momento actual, en el nuevo siglo que acabamos de empezar, es el de trasladar a la práctica clínica los muy importantes avances de nuestro entendimiento del cáncer a nivel molecular y de investigación básica. La tarea no es fácil. Por una parte sabemos que las alteraciones moleculares y celulares que hemos caracterizado en tumores pueden afectar a prácticamente cualquiera de los linajes celulares de nuestro organismo, produciendo mutaciones que normalmente no pueden ser evitadas. Por otra parte, las dianas de las mutaciones malignas son genes esenciales para el crecimiento y desarrollo normal de cualquier célula del organismo. Estas dificultades suponen obstáculos teóricos y prácticos a la hora de diseñar aplicaciones prácticas de todos esos conocimientos con el objetivo de eliminar el cáncer de nuestra sociedad humana. Sin embargo, los nuevos conocimientos moleculares auguran enormes mejoras en el diseño de nuevas formas de control de las enfermedades tumorales. Podemos preveer al menos a cuatro niveles distintos de aproximación de nuevas aplicaciones concretas de esos conocimientos al control de las enfermedades tumorales:

        a) Identificación de individuos con predisposición genética. Debido a la carga genética recibida de sus padres, algunos individuos en la población humana tienen un riesgo especialmente elevado de sufrir enfermedades tumorales. Los conocimientos actuales a ofrecen en muchos casos la posibilidad de reducir significativamente la probabilidad de sufrir esas enfermedades, mediante procedimientos de screening que permiten detectar las alteraciones moleculares que corresponden a los estadíos iniciales de desarrollo de dichas enfermedades.

        b) Reducción de la exposición a agentes ambientales productores de mutaciones oncogénicas. Conocemos la naturaleza de las mutaciones capaces de activar oncogenes y genes supresores. También conocemos, al menos en parte, los mecanismos de producción de dichas mutaciones por diversos agentes ambientales. En el futuro cabe esperar una reducción significativa de las mutaciones tumorales mediante la implantación de programas que minimicen la exposición de la población humana a los agentes carcinogénicos de tipo físico, químico o biológico que han sido identificados en los últimos veinte años.

        c) Diagnóstico temprano y preciso de los cambios premalignos y malignos en los  pacientes. La detección de las alteraciones moleculares responsables de procesos tumorales que, en algunos casos, ya es técnicamente posible muchos años antes de que se observen manifestaciones clínicas de los mismos, debe producir beneficios espectaculares en la reducción de las tasas de muerte por cáncer en las próximas décadas.

        d) Tratamientos efectivos, que destruyan específicamente las células tumorales sin afectar las células normales del organismo. Los conocimientos moleculares acumulados están permitiendo, por primera vez en la historia, abandonar los procedimientos de “ensayo y error” como método de selección de nuevos tratamientos antitumorales. Por el contrario, estamos en condiciones de utilizar esos nuevos avances para proceder al diseño racional de nuevas aproximaciones terapéuticas que superen la falta de especificidad y los efectos secundarios típicos de los tratamientos actuales. Recientes resultados espectaculares, como el Gleevec, permiten augurar un futuro exitoso en esta línea de trabajo.

Evaluación del riesgo genético. Identificación de individuos con predisposición tumoral hereditaria

    Una de las mayores aplicaciones de la biología molecular a la prevención y detección precoz de tumores puede consistir en identificar aquellos individuos portadores de mutaciones oncogénicas hereditarias que les confieren una probabilidad elevada de sufrir cáncer en comparación al de la población. Estos individuos presentan un riesgo elevado de sufrir formas específicas de tumores en base a la carga genética heredada de sus padres, que conlleva alguna mutación activante en oncogenes (por ejemplo, ret, met, etc), genes de tipo supresor o gatekeeper (Rb, p53, APC, NF1, etc) o genes tipo caregiver (BRCA1, XP, MSH2, etc ) (ver Tabla 2).

    Actualmente disponemos de sensibles métodos moleculares que permiten la detección y diagnóstico de las distintas mutaciones genéticas que activan los genes mencionados.

    La disponibilidad de estas tecnologías permite postular la posibilidad de que, al menos en algunos de estos casos, podamos reducir significativamente las cifras de esos cánceres hereditarios mediante una monitorización frecuente que permita detectar los tumores en estados incipientes, o incluso en etapas prenatales.

    Se han hecho ya progresos significativos en la prevención y detección temprana de diversas formas de cáncer hereditario donde la detección precoz de las mutaciones responsables ofrece beneficios claros a los portadores. Por ejemplo, en cáncer de colon, los pólipos pueden ser detectados mediante colonoscopia y extirpados antes de que puedan progresar a estadios malignos. Los pacientes con poliposis adenomatosa familiar (resultante de mutaciones heredadas en el gen APC) desarrollan cientos de pólipos en las prímeras décadas de su vida y normalmente sufren extirpación del colon antes de que los polipos se malignicen. En contraste, los pacientes con la más común forma hereditaria no polipósica (HNPC, resultante de mutaciones en genes tipo caregiver, reparadores de daño al DNA, como MSH2) desarrollan un menor número de pólipos mas tarde en sus vidas y por ello se podrían beneficiar de una vigilancia rutinaria (por ejemplo colonoscopia) y de medidas preventivas como tratamiento farmacológicos, además de la polipectomía.

    De modo semejante, la detección de las mutaciones activantes en los loci BRCA1 o BRCA2 está permitiendo la identificación, dentro de familias portadoras, de aquellas personas jóvenes, asintomáticas, que tienen un riesgo elevado de desarrollo de cáncer de mama u ovario en etapas posteriores de su vida. El conocimiento de su condición de portadoras de la mutación correspondiente permite ofrecer a estas personas potenciales beneficios derivados, bien de una vigilancia más estrecha para detectar la aparición de cáncer lo más tempranamente posible, o bien de medidas preventivas, tales como terapia hormonal con tamoxifeno para interferir con la proliferación celular estimulada por estrógenos, o incluso, la práctica de cirugía preventiva.

    Consideraciones similares de posible utilidad clínica pueden ser aplicadas al caso de la detección de mutaciones responsables de muchas otras formas de cáncer asociadas a síndromes tumorales hereditarios, entre los que cabe citar los síndromes de Li-Fraumeni (p53), de Wilms (WT-1), la Ataxia Telangiectasia (ATM), Xeroderma pigmentosum (XP) o el sídrome de Cowden (PTEN).

    Cabe pensar que los programas de Prevención y Consejo Genético, tales como el que se lleva a cabo en el CIC salmantino, que permiten la identificación de individuos susceptibles genéticamente a los mismos y la implementación de medidas de prevención y detección temprana de los tumores, podrán tener un impacto significativo en las tasas de mortalidad por cáncer en los próximos años.

    Mejoras diagnósticas. Papel de oncogenes y genes supresores de tumores en diagnóstico molecular del cáncer

    El disponer de información sobre los oncogenes o genes supresores concretos que son responsables del desarrollo de tumores específicos en los pacientes puede ser de enorme utilidad para el manejo clínico de los pacientes oncológicos.

    En algunos casos las anormalidades detectadas en oncogenes han proporcionado marcadores útiles para monitorizar el curso de la enfermedad durante el tratamiento. La translocacion de abl en leucemia mieloide crónica es un buen ejemplo: la detección de la fusión abl/bcr mediante PCR proporciona un método muy sensible de detección de células leucémicas y es por tanto útil para monitorizar la respuesta de los pacientes a la terapia. De modo similar, la detección molecular del oncogén PML/RARα es útil, tanto para diagnosis como para monitorización de la leucemia promielocítica aguda.

    En otros casos las anormalidades de determinados oncogenes pueden proporcionar información pertinente a la hora de decidir entre diferentes opciones terapéuticas. Por ejemplo, la amplificación de N-myc en neuroblastomas, o de erb-B2 en carcinomas mamarios y ováricos es predictiva de una progresión rápida de la enfermedad tumoral, lo que podría justificar la elección de pautas más agresivas de tratamiento para aquellos pacientes portadores de dichas amplificaciones. Otro ejemplo puede ser la proteína p53, que es esencial para la inducción de los procesos de apoptosis que ocurren a consecuencia del daño al ADN celular infligido por tratamientos antitumorales tales como radiación o diversas drogas quimioterápicas. En consecuencia, el análisis de mutaciones en p53 puede ayudar a predecir la respuesta de los tumores a muchas de las drogas usadas en quimioterapia.

    En definitiva, la detección y monitorización de las posibles mutaciones sufridas por los distintos oncogenes y genes supresores listados en las Tablas 1 y 2 puede resultar útil para el diagnóstico o manejo clínico de diversas formas de tumores humanos. La Tabla 3 presenta alguno de los trabajos seminales que demostraron, durante la primera mitad de la década de los 90, la utilidad de la detección de alteraciones genéticas como diagnóstico de procesos tumorales.


 

    A pesar de los significativos avances en la detección de mutaciones oncogénicas, hay que reconocer que todavía queda mucho camino por recorrer en la aplicación de los conocimientos de diagnóstico molecular a la práctica clínica. A pesar de la precisión y elegancia de muchos de estos tests diagnósticos, la carencia de correlaciones clínicas informativas y significativas hace que sus resultados no sean todavía de gran utilidad para la práctica clínica diaria en oncología.

    En todo caso, es obvio que la creciente disponibilidad de información diagnóstica sobre oncogenes y genes supresores a nivel molecular va a jugar un papel cada vez más importante en el futuro para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades tumorales. El reconocimiento de este hecho llevó al National Cancer Institute de los EE.UU. a establecer recientemente el programa TCGA (The Cancer Genome Atlas) que tiene por objetivo la identificación sistemática de las alteraciones moleculares asociadas a todas las formas de tumores humanos, y a cada uno de los estadíos de desarrollo de dichas enfermedades.

    Finalmente, hay que mencionar que en el curso de los últimos años hemos presenciado la emergencia de nuevas tecnologías que son enormemente poderosas de cara a la caracterización del fenotipo molecular de los distintos tipos de tumores. Entre estas tecnologías emergentes cabe resaltar la microdisección por láser (LCM), las tecnologías genómicas y proteómicas basadas en el uso de microarrays, o las nuevas técnicas de imagen, como la tomografía de emisión de positrones (PET) que permiten visualizar el estado metabólico de los tumores. La conjunción de estas nuevas tecnologías con las ya disponibles desde hace años ofrece perspectivas enormemente optimistas de cara a mejorar nuestra capacidad de caracterización molecular de los tumores y a la utilización de los datos generados, ya no solo en diagnóstico sino también en pronóstico o en evaluación de la efectividad de tratamientos.

    Nuevos tratamientos. Estrategias terapéuticas derivadas de la Biología Molecular

    La práctica totalidad de las estrategias usadas actualmente en terapia contra el cáncer están basadas en observaciones clínicas empíricas, no relacionadas en absoluto a las anormalidades genéticas responsables del desarrollo de los tumores en cuestión. Estas estrategias han sido seleccionadas a lo largo de los años, por métodos de ensayo y error, entre aquellos tratamientos que mejor han funcionado en el pasado para eliminar la mayor parte posible del tumor, causando al mismo tiempo el menor daño colateral posible a los tejidos normales del paciente. Las tres armas tradicionales contra el cáncer, cirugía, radioterapia y quimioterapia, siguen siendo básicamente, aún hoy en día, las únicas armas de elección al enfrentarnos a nivel clínico con la mayoría de cánceres. Estas aproximaciones ofrecen sus mejores posibilidades de éxito en la erradicación de tumores cuando la cirugía puede ser aplicada a tumores localizados, todavía no metastatizados. La radioterapia y la quimioterapia ofrecen alternativas de tratamiento en aquellos casos en que la cirugía no es posible, y también pueden ser utilizadas en combinación con cualquiera de las otras aproximaciones terapéuticas clásicas. El refinamiento progresivo, durante los últimos cincuenta años, de estas tres aproximaciones terapéuticas tradicionales, junto con una aplicación cada vez más temprana de las mismas (a medida que ha ido mejorando el diagnóstico precoz del cáncer), han llevado a la tasa actual de 50% de curaciones del total de cánceres diagnosticados. Sin embargo, el gran problema de estas aproximaciones terapéuticas tradicionales, que hace muy difícil aumentar las tasas de curación actuales, es la falta de especificidad y los efectos nocivos secundarios de la mayoría de los protocolos de tratamiento. Tanto la radiación como los agentes quimioterápicos afectan también a las células y tejidos normales, pudiendo producir importantes efectos tóxicos o nocivos a nivel orgánico en los pacientes.

    Por todo ello, en el momento actual, la gran cuestión que se plantea es cómo poder utilizar los enormes avances conseguidos en el conocimiento de los mecanismos moleculares que rigen el desarrollo de tumores, para el diseño de nuevas estrategias terapéuticas que actúen selectivamente sobre las células tumorales sin afectar negativamente a las células normales circundantes. Conseguir ese objetivo no será una tarea fácil ni inmediata, ya que los productos de protooncogenes, además de ser frecuentemente muy semejantes a los de sus correspondientes oncogenes, ejercen funciones muy importantes en las células normales. Por ello, la explotación de los oncogenes como dianas de estrategias antitumorales depende de que seamos capaces de obtener unos grados de especificidad bastante superiores a los alcanzados hasta ahora.

    Sin embargo, hay razones fundadas para la esperanza ya que la gran cantidad de nuevos conocimientos acumulados sobre la biología molecular del cáncer ofrecen, por primera vez en la historia, la posibilidad de superar la etapa del “ensayo y error” y llevar a cabo un diseño racional de nuevas aproximaciones terapéuticas basadas en dichos conocimientos básicos (Tabla 4). En particular, la enorme cantidad de nuevos conocimientos disponibles sobre los mecanismos moleculares que controlan procesos como el ciclo celular, la transducción de señales, la apoptosis, la angiogénesis, etc, están siendo utilizados actualmente por grupos investigadores de todo el mundo en una explosión de nuevos estudios dirigidos al desarrollo de nuevas estrategias antitumorales.


 

    La mayoría de los nuevas aproximaciones terapéuticas en estudio en el momento actual pueden ser clasificadas dentro de tres grandes grupos fundamentales, que comentamos a continuación:

    Aproximaciones farmacológicas. La búsqueda de nuevos agentes farmacológicos capaces de atacar específicamente las células tumorales ocupa actualmente a cientos de laboratorios académicos y farmacéuticos en todo el mundo. Los avances conceptuales y tecnológicos de la biología molecular del cáncer han propiciado, por primera vez en la historia, una situación que permite un diseño racional de nuevos antitumorales y un rápido screening de la actividad de los mismos.

    Nuestro entendimiento actual de la célula cancerosa sugiere distintos enfoques o aproximaciones para el diseño de nuevas aproximaciones farmacológicas. Por ejemplo, se pueden aprovechar las propiedades distintivas de las células tumorales para asegurar que los agentes citotóxicos alcancen preferentemente o exclusivamente las células tumorales, en vez de las normales. Así, por ejemplo, en procesos tumorales asociados a la sobreexpresión de receptores o moléculas de superficie, o a la expresión de formas alteradas de los mismos, se pueden diseñar complejos de moléculas letales acomplejadas a ligandos específicos de aquellas moléculas de superficie, con el objetivo de eliminar exclusivamente las células tumorales sin dañar las células normales circundantes.

    Otras aproximaciones alternativas se centrarían en interferir con procesos de señalización que son específicos de células tumorales o están exacerbados en las mismas. No es ilógico pensar en la posibilidad de frenar el crecimiento de tumores cuyas células presentan alteraciones específicas de oncogenes o genes supresores concretos, mediante el bloqueo de algún factor de crecimiento sobreexpresado autocrinamente, la inhibición de la actividad de alguna tirosina kinasa sobreactivada, la desactivación de formas activadas de Ras, o la desactivación de algún factor de transcripción sobreactivado en las correspondientes células tumorales. Estas aproximaciones estarían centradas en la búsqueda de nuevos antitumorales capaces de bloquear la actividad de las proteínas señalizadoras mutadas, pero no la de sus versiones normales.

    Desde hace años se han venido probando, con creciente éxito, ejemplos de regímenes terapéuticos de este tipo que implican tratamientos dirigidos específicamente contra alguna proteína oncogénica. Uno de los primeros ejemplos es el tratamiento de la leucemia promielocítica aguda con ácido retinoico. Las células leucémicas, caracterizadas por la translocación del receptor de ácido retinoico que da lugar al oncogén híbrido PML/RARα, sufren diferenciación terminal en respuesta a ácido retinoico debido a la fijación de este ligando a la porción RAR de la proteína de fusión PML/RAR que portan. Como consecuencia, el tratamiento con retinoico induce remisión clínica en la mayoría de los pacientes, aunque eventualmente se puedan producir relapsos de la enfermedad.

    Las moléculas Ras activadas, responsables de hasta el 30% de tumores humanos, han sido también dianas muy estudiadas en el diseño de fármacos antitumorales. En particular, drogas inhibidoras del procesamiento de las moléculas Ras generadas por muchos laboratorios distintos han demostrado una gran capacidad de bloqueo de procesos tumorales en modelos animales, aunque su validez en cáncer humano parece estar actualmente cuestionada.

    De modo similar, muchas otras moléculas señalizadoras cuya estructura o actividad esta alterada en procesos tumorales, están siendo estudiadas actualmente como dianas de gran variedad de nuevos compuestos en estudio. Las grandes posibilidades ofrecidas por la moderna química combinatoria junto con la rapidez y eficiencia de los sistemas actuales de screening de actividad antitumoral hacen concebir grandes esperanzas respecto al diseño e identificación de nuevos antitumorales, cada vez mas específicos, en un futuro próximo. Estas esperanzas están fundadas en resonantes éxitos recientes, como es el caso del Gleevec, un inhibidor específico de la actividad de ciertas familias específicas de moléculas con actividad tirosina kinasa. La FDA ha certificado recietemente una eficiencia curativa de este fármaco superior al 90% en leucemia mieloide crónica (translocacion de la tirosina kinasa abl) y también en carcinoma del estroma gastrointestinal (sobreexpresión del receptor tirosina kinasa kit ).

    Aproximaciones inmunológicas. Los últimos años han visto un interés renovado en la utilización terapéutica de la respuesta inmunológica al cáncer. Durante muchos años se ha discutido la noción de que los tumores deben ser capaces de sobrepasar la barrera inmunológica para poder después proliferar de manera independiente en el organismo.

    En todo caso, hay evidencias claras de la presencia de células inmunológicas en los tumores y de que estas células están dirigidas frecuentemente contra antígenos tumorales. Puesto que estas células inmunes tienen la capacidad de atacar, o incluso matar, las células tumorales, muchos laboratorios están actualmente desarrollando protocolos de manipulación de las mismas con objeto de potenciar su actividad antitumoral. La mayoría de estos protocolos implican extracción de las células del paciente y reinserción en el mismo tras diversos tratamientos dirigidos a estimular su actividad inmunológica. Adicionalmente, existe una gran actividad en la comunidad científica internacional centrada en la preparación de vacunas antitumorales, dirigidas contra extractos de diversas formas concretas de tumores. Se han reportado algunos éxitos significativos en etapas iniciales de este tipo de estudios, llevados a cabo con células de melanoma humano.

    Aproximaciones de terapia génica. Al menos conceptualmente, la forma más directa de corregir los defectos resultantes de la mutación de un gen celular sería la sustitución del gen mutado por su versión normal, no mutada, en el genoma. Metodológicamente, se plantean distintos problemas según se trate de corregir las mutaciones que causan la activación de un protooncogén o las que causan la inactivación de un gen supresor. En el caso de los protooncogenes, los esfuerzos se centrarían en tratar de bloquear la expresión de la forma mutada del gen, mientras que en el caso de genes supresores se trataría de restaurar la expresión del producto del gen supresor cuya función se ha perdido durante el proceso tumoral. Mientras que en el primer caso requeriría la introducción de construcciones tipo antisentido, en el segundo se requeriría la reintroducción de una forma completa del gen. La introducción de las diversas construcciones correctoras dentro de las células diana requiere la utilización de vectores adecuados capaces de vehiculizar las construcciones correctoras a la posición adecuada del genoma celular. El uso de vectores virales ha dado resultados iniciales esperanzadores en algunos tipos de tumores, particularmente gliomas. Las modernas tecnologías de RNAi hacen también concebir esperanzas fundadas acerca de las posibilidades de bloquear la expresión de oncogenes específicos en el futuro. En todo caso, las dificultades metodológicas y de toda índole asociadas a esta aproximación experimental condicionan que la terapia génica solo pueda ser considerada como una opción terapéutica a largo plazo, en contraposición a las aproximaciones farmacológicas que están ya proporcionando importantes éxitos en el momento actual.

PERSPECTIVAS DE FUTURO

    El objetivo último de todos los que estudiamos el cáncer es la eliminación completa de la enfermedad. La consideración realista de las causas conocidas de cáncer, y de la asociación íntima que éstas tienen con elementos esenciales para el mantenimiento de la vida sobre la tierra, como son los agentes mutagénicos ambientales y los genes que regulan el normal crecimiento y desarrollo celular, sugiere que el cáncer es algo intrínseco a la vida multicelular y que su total erradicación en nuestra especie no será una tarea fácil.

    A pesar de ello, los extraordinarios avances producidos por la investigación de los últimos 20 años sobre los orígenes y mecanismos del cáncer, proporcionan una nota de claro optimismo respecto a la posible consecución de nuestro objetivo final. El optimismo se basa en la evidencia de que la acumulación de nuevos conocimientos sobre los mecanismos íntimos del cáncer nos va a seguir proporcionando nuevas armas y medios con los que atacar y vencer la enfermedad en el futuro.

    En los comienzos del siglo XXI nos encontramos en una situación más favorable que nunca para avanzar en el objetivo común de la erradicación del cáncer. Disponemos ya de un enorme cuerpo de conocimientos teóricos sobre los genes, proteínas y vías de señalización implicados en cáncer. Por otra parte, tenemos la práctica certeza, basada en la observación de resultados de laboratorios de todo el mundo, de que esos conocimientos se van a ir ampliando día a día de manera muy significativa. Todos estos nuevos conocimientos básicos nos están proporcionando un arsenal de nuevas ideas investigadoras con las que atacar los problemas de la prevención, detección, diagnostico y terapia del cáncer en los próximos años. No sabemos cuan largo será el camino que nos lleve a la consecución de nuestro objetivo final, pero confiamos que el esfuerzo coordinado de la comunidad científica nos permitirá recorrerlo en el menor tiempo posible.

    La tertulia, como era de esperar fue muy animada y participativa. Se habló de las esperanzas de encontrar pronto algún fármaco que cure o que al menos cronifique la enfermedad, que ya sería bastante.

    A algún tertuliano le preocupaba de forma especial, la posibilidad de haber heredado la enfermedad, ya que algún familiar había fallecido víctima de ella.

    Hay poco conocimiento por parte de la inmensa mayoría de pacientes o posibles pacientes, de las posibilidades que ofrecen los centros hospitalarios para hacerse un chequeo con el fin de detectar los más prematuramente posible la enfermedad. Eugenio dijo que en el Hospital Clínico hay una persona encargada de los protocolos, mediante los cuales el Hospital se pone en contacto con el Centro de Investigación para realizar las pruebas oportunas. Porque en algo que todos estuvimos de acuerdo es en la importancia vital que tiene la detección temprana de la enfermedad y que más vale prevenir que curar.

   En el aspecto preventivo, es necesario el chequeo anual, la alimentación sana, evitar los excesos, especialmente de tabaco y alcohol, no exponerse demasiado al sol. Hay muchísimos cánceres de piel que pueden evitarse simplemente con no abusar de las exposiciones al sol.

    Terminó Eugenio con un mensaje de esperanza, considera que el cáncer dentro de unos años se podrá curar. Actualmente, y desde hace varios años el ritmo de curaciones aumenta en un uno por ciento anual, tendencia que, según Eugenio, pude incluso aumentar.

    Con este mensaje de esperanza terminamos la tertulia. Gracias Eugenio por tu amabilidad y por hacer accesible a todos un tema tan difícil como este.

    El próximo martes, día 30, tendremos como invitado a D. BENJAMÍN GONZÁLEZ ALONSO, Catedrático de Historia del Derecho de la Universidad de Salamanca, quien nos hablará de "Los comuneros de Castilla"